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Rosendo Martínez Colorado. Presidente de CSIF-Sevilla

"Sin las ayudas hay sindicatos que sólo salen por sus escándalos de financiación"

  • El sindicalista ha sido reelegido para un nuevo mandato con casi el 100% de los votos de los compromisarios. Está decidido a impulsar la implantación de CSIF en las empresas privadas.

Acaba de ser reelegido con una aplastante mayoría como presidente del sindicato CSIF en Sevilla, cargo que ocupa desde 2012, aunque lleva más de dos décadas vinculado a la organización sindical. Licenciado en Derecho, Rosendo Martínez Colorado (Sevilla, 1960), afronta este nuevo mandato de cuatro años con el objetivo de que el sector privado supere por primera vez el número de afiliaciones de los funcionarios.

-Ha sido reelegido por una amplia mayoría del 98%. Es para estar satisfecho…

-Estoy muy satisfecho y más sorprendido aún. He obtenido los votos de 112 compromisarios y hubo dos abstenciones, eso supone el 98%, pero los porcentajes tienen la importancia que tienen, lo importante es que hay una mayoría que te da su confianza y participa de tu proyecto.

-¿Cuáles son los retos para este nuevo mandato?

-Seguir aumentando en la Administración pública, pero como novedad hacer mucho hincapié a partir de ahora en la privada. La idea es avanzar en que no somos exclusivamente el sindicato de los funcionarios. Somos la Central Sindical Independiente y la Central Independiente de Funcionarios, eso es cierto y nos encontramos enormemente orgullosos de ellos, porque nuestro comienzo ha sido la representación de los funcionarios y luego de todos los empleados públicos. De hecho, somos el sindicato más representativo en la función pública, pero esto sólo ha sido el punto de partida.

-¿Pero aspiran a acaparar también el sector privado?

-Si fuéramos exclusivamente un sindicato de funcionarios nos veríamos obligados a cambiar por exigencia de los trabajadores. Se sorprendería de ver cómo continuamente llaman a nuestra puerta grupos de trabajadores que desean presentarse en sus empresas con nuestras siglas. Lo único que ha cambiado es que ahora somos más fuertes que nunca y podemos organizarnos mucho mejor. Desde nuestro reciente congreso nacional lo tenemos claro: aspiramos a ser un sindicato grande, en el que tengan cabida todos los trabajadores.

-¿En qué campos entrarán?

-A partir de ahora en todos. La gente cree que seguimos siendo un sindicato sólo de funcionarios. Pero hemos visto que el modelo nuestro sirve también para la empresa privada y realmente hay un cansancio de los trabajadores con los sindicatos clásicos, ven que nuestra fórmula sirve y ¿por qué no nos vamos a dedicar a ellos también? Hoy tenemos presencia en la hostelería, el comercio, la seguridad privada, etcétera, y pronto serán más, muchas más.

-¿Qué ofrecen a los trabajadores de las empresas privadas?

-Pues algo tan simple como que allí, en su empresa, la voz de CSIF serán ellos, los afiliados. Aquí nadie se cree tocado por el dedo de Dios. En su empresa, se haría lo que los trabajadores acuerden porque yo no sé lo que es bueno o malo para los trabajadores. El sindicato les puede ofrecer una magnífica asesoría jurídica para que, por ejemplo, les interprete su convenio colectivo o les ayuden a elaborar uno nuevo, pero quienes van a decidir si lo firman o no son los trabajadores. Yo nunca les voy a decir lo que tienen que hacer en su empresa. Aquí no hay consignas de que ahora gobierna el PP o si gobierna el PSOE, o que hay que firmar aquí porque conseguimos en el otro lado.

-¿Pero usted cree que eso realmente es tan fácil?

-Si viera la cara que ponen algunos compañeros la primera vez que me los presentan y les cuento eso... pero es así de fácil. Lo primero que les sorprende es que una vez que contactan con nuestros compañeros encargados de la Privada pongamos desde el primer día nuestros medios a su disposición. Algunos cuentan que llevan años en tal o cual sindicato y eso jamás se lo han ofrecido.

-¿A qué se refiere?

-Por ponerle un ejemplo, en Sevilla disponemos de varios vehículos y motocicletas para que puedan visitar los centros de trabajo nuestros delegados y el único requisito para usarlos es solicitarlo. No están a disposición ni mía ni de ningún cargo del sindicato, son sencillamente una herramienta de trabajo de nuestros delegados y se han realizado 760.000 kilómetros en los últimos tres años. Lo nuestro es un sindicalismo de cercanía, las nuevas tecnologías están bien, pero nunca podrán sustituir el trato personal.

-¿Cómo financian todos estos servicios?

-Con la cuota de afiliación y con mucho sentido común, como lo hacen millones de familias en este país. Si me permite que se lo diga, ningún sindicalista cobra un sueldo del sindicato y eso ayuda mucho.

-¿Y las subvenciones públicas?

-Quiero recordar que a nivel nacional sólo un 10% de nuestros ingresos proceden de subvenciones. De hecho, habrá visto cómo tras el recorte de estas subvenciones, hay sindicatos prácticamente desaparecidos, sólo aparecen en los medios de comunicación precisamente por sus escándalos continuos sobre su financiación. Nosotros, antes de ser obligatorio, teníamos nuestras cuentas auditadas y publicadas. Podemos sobrevivir sin ningún tipo de subvención y lo tenemos acreditado, y ello es bueno porque al final quien paga, manda.

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