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Sevilla con París

'La Marsellesa,' en la parroquia del Sagrario

  • Misa por las víctimas de París a petición del cuerpo consular de Sevilla.

Los acordes de La Marsellesa interpretada al órgano por Fernando Caro pusieron el colofón a la emotiva ceremonia religiosa de la Parroquia del Sagrario en recuerdo de las129 personas asesinadas el viernes 13 de noviembre enParís. La cónsul de Francia en Andalucía, Veronique Juricic, agradeció a Juan José Asenjo Pelegrina, arzobispo de Sevilla, que oficiara y presidiera esta Eucaristía "por nuestros hermanos difuntos masacrados".

El arzobispo siguió el guión de la lectura de San Lucas, la tinieblas, la ruptura del velo del templo, para evocar la acción criminal que "segó la vida de 129 inocentes". Como en el texto del evangelista, Asenjo afirmó que "muchos de nosotros esa noche miramos al cielo y dijimos: 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué los has abandonado?". Víctimas de una muerte "cruel y traicionera" en las antípodas de esa muerte "como máximo enigma de la vida proclamada por el Concilio Vaticano II".

Nunca habrán estado tan cerca la palabra de Dios y el filósofo que da nombre al Boulevard Voltaire donde los asesinos dieron rienda suelta a su ansia de muerte y destrucción. El arzobispo añadió a su exposición una súplica: "Que la muerte de estos hermanos, su sacrificio, que el tremendo sufrimiento de los suyos no sea en vano".

Denunció un islamismo radical "que persigue cristianos y no cristianos en una espiral de violencia inaudita", acción criminal desplegada por un terrorismo "inhumano, perverso, inmoral". Estos terroristas "que asesinan en nombre de Dios pero en realidad le plantan cara a Dios y más tarde o más temprano quedarán vencidos". Pidió por todas las víctimas de esta "locura intransigente" que se despliega "en Europa, Asia y África". Asenjo tuvo palabras de esperanza para el viaje que realiza el papa Francisco a este último continente, con paradas en Kenia, Uganda y la República Centroafricana.

Esta misa por las víctimas de los atentados de París fue solicitada por el cuerpo consular en Sevilla, con su presidente, José Carlos Ruiz-Berdejo, a la cabeza. Junto a una nutrida representación de este colectivo, acudió Annouchka de Andrade, directora del Instituto Cultural Francés: "Mi hija vive en París, uno de sus mejores amigos estaba esa noche en la sala Bataclan".

Acompañaron al titular de la diócesis Adolfo Petit, párroco del Sagrario, y Luis Rueda, vicario parroquial. Además del órgano, se oyeron las voces del coro Virgen del Álamo de Olivares, que cerró su actuación con Cristo que vuelve, de Haendel. Un correlato de la propia homilía del arzobispo, quien espera que tras el terror que ha sumido a tantos familiares "en el dolor y la angustia", germine la semilla del trigo bueno en forma "de unidad, de justicia y de paz".

Fueron muchos los feligreses, sevillanos y franceses, que pasaron por la parroquia del Sagrario. Acudió el decano del Colegio de Abogados, José Joaquín Gallardo. Junto al cuerpo consular, siguieron la ceremonia el ex alcalde Juan Ignacio Zoido, que durante su mandato estableció contactos con la ciudad de Toulouse por los aviones, y los miembros de su equipo municipal Gregorio Serrano y Juan Bueno. También acudió Juan Manuel Albendea, que acaba de celebrar sus bodas de oro y ha puesto fin a su renovada condición de diputado más veterano del Congreso.

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