El Ayuntamiento de Sevilla estudia la implantación de autobuses de tránsito rápido (Bus Rapid Transit) entre la estación de Metro de Blas Infante, en Los Remedios, y la Cartuja con vista a acercar la isla a los ciudadanos que vienen del Aljarafe. Este tipo de autobuses veloces de gran capacidad funciona con éxito en otras capitales del país como Barcelona, desde 2012, y Granada, desde 2014, por citar algunos ejemplos.

En ambos casos la rapidez se logra con carriles bus de paso exclusivo, prioridad de paso en los semáforos, cancelación del billete en parada y entrada de los viajeros por todas las puertas, y no dentro del autobús. Mejoran sustancialmente la movilidad en las grandes ciudades con una inversión bastante moderada, en comparación con un metro subterráneo.

El caso más espectacular es el de Barcelona, que en pocos años ha conseguido articular una perfecta red en forma de cuadrícula con 16 nuevas líneas de autobuses horizontales, verticales y transversales (ver infografía adjunta) que funcionan en días laborables y gracias a la cual casi la mitad de su población puede llegar a cualquier punto de la ciudad en menos de 40 minutos. Las líneas están agrupadas por colores y letras para que el ciudadano las identifique fácilmente: verdes las verticales que se identifican con la letra V, azules las horizontales (letra H) y lila las diagonales (letra D) verticales. Y se ofrece la información al usuario de foma completa y sencilla.

Así pues, su eficacia es comparable a la de un Metro. El aumento de pasajeros de estas líneas en Barcelona ha sido muy elevado en días laborables, con una media por línea que ronda los 20.000 usuarios al día y en algunos casos alcanza incluso los 30.000 viajeros/día, como es el caso de la H6 (Zona Universitària - Fabra i Puig).

En Granada, la función de los autobuses rápidos (la Línea de Alta Capacidad) ha sido conectar los dos extremos de la ciudad pasando por el centro de la ciudad en exclusiva y conectar con todas las líneas que van a los barrios. Lo positivo es que se han eliminando las 15 líneas que antes saturaban el centro, con lo que se reduce la contaminación: en lugar de pasar un autobús cada 40 segundos con esas 15 líneas, ahora lo hace una sola línea con un autobús cada 3-4 minutos en hora punta, destaca el área de Movilidad entre las ventajas.

En Granada esta nueva línea ha elevado un 7% la cifra de viajeros del autobús desde su puesta en marcha en julio de 2014. Y mueve 9,4 millones de viajeros al año que suponen el 28,53% del total de viajeros del sistema, según datos de 2015 facilitados a este periódico por el Ayuntamiento granadino.

El diseño rectilíneo y la conexión de estos autobuses rápidos con el resto de transportes de la ciudad son algunas de las claves, tanto en Barcelona como en Granada, porque se favorece la velocidad y la intermodalidad del transporte. Otra son los semáforos que alargan la fase en luz verde cuando se acerca el autobús, en el caso de los nuevos tramos de carriles bus de Barcelona.

La gestión de los nuevos autobuses rápidos en red depende de Transportes Metropolitanos de Barcelona, un ente público. En Granada, en cambio, la gestión de la Línea de autobús de Alta Capacidad corresponde a la empresa privada Rober mediante un contrato de concesión.

Los títulos de viaje en Barcelona están integrados al igual que el resto de los transportes, de forma que se pueden realizar hasta tres transbordos, es decir, utilizar hasta cuatro medios de transporte, al margen de la zona por la que se transite, siempre que sea un autobús de otra línea y no más de una vez el Metro.

Otra ventaja de estos autobuses de gran capacidad es que requieren una inversión muy baja en relación a lo que supone construir un transporte ferroviario en superficie o bajo tierra. En Granada, sólo hubo que adaptar las paradas, comprar mobiliario, buses nuevos y las máquinas de billetes en cuatro meses.

En el caso de Barcelona, se han remodelado líneas existentes para hacer coincidir las paradas con áreas de intercambio con otras líneas y transportes.