HOY se cumplen cinco años del accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra. Su Seat Altea fue brutalmente impactado por el Mercedes que conducía José Ortega Cano. Susana Falcón (Buenos Aires, 1956) repasa en un libro la vida del Belga, el hombre que se cruzó con el torero.

-También era sábado y había final de Champions...

-Esa noche no le tocaba trabajar, pero le cambió el turno a una compañera de trabajo en el hotel. Al día siguiente hacía 24 años de casado con Manoli Gurruchaga.

-¿Lo conoció personalmente?

-En Radio 27, emisora municipal de Castilblanco de los Arroyos.

-¿Por la generación del 27?

-No. En un plano es el pueblo número 27 de la provincia. García Lorca era su pasión. Sus cenizas están en el barranco de Víznar.

-¿Su último encuentro?

-La última vez que hablé con él fue en el tanatorio, seis meses antes de su muerte, en la despedida de Chícharo, compañero del NIVA (Nueva Izquierda Verde Andaluza). La última vez que lo vi con vida fue la noche de las elecciones municipales.

-Tremendo y muy literario...

-Carlos fue famoso cuando nació en Charleroi, donde su padre se fue desde Extremadura a trabajar en las minas. El director de la Maternidad no había visto un bebé igual y pidió permiso a la madre para enseñarlo por todo el hospital. Y fue famoso cuando murió. Si no lo mata Ortega Cano, nadie conocería a Carlos Parra.

-¿Cómo llega usted a España?

-Soy exiliada de la dictadura militar argentina. Llegué en 1977. Pensaba volver a Argentina, pero me fui a cubrir la guerra de Nicaragua en la zona más dura del conflicto, Matagalpa y Jinotega.

-¿Y se encontró con este sandinista en la sierra de Sevilla?

-Desde los 14 años tenía claro su sitio ideológico. Antes de las municipales, le propusieron ir de concejal para recuperar la Alcaldía, pero él quería volver al teatro. Su grupo fue el más votado, pero lo echaron el PSOE y el PP. Una boda por conveniencia sin atracción sexual. De 2007 a 2011 fueron cuatro años de caza de brujas y acoso y derribo.

-El 1 de junio hace diez años de la muerte de Rocío Jurado...

-El libro no es sobre Ortega Cano, sino sobre Carlos Parra.

-Le gustaban Triana y Alameda.

-Y sobre todo los Rolling. Había sacado una entrada para verlos en París y la mañana del concierto su mujer se puso de parto. Vio al niño y Manoli lo dejó ir.

-Se conocieron en Bélgica en una actuación de Chiquetete y Manzanita...

-En un local para emigrantes. Dice ella que él hablaba y hablaba.

-¿Es el libro de un emigrante escrito por una exiliada?

-Él estaba dispuesto a marcharse a Hervás, en Cáceres, de donde su padre se fue a Bélgica.

-¿España es su segunda patria?

-Tengo un hijo nicaragüense nieto de un indio guaraní y de un indígena al que los esbirros somocistas le arrancaron los ojos.

-¿Ha publicado más libros?

-Es mi quinto libro. El de la lucha de las mujeres de Marinaleda lo he presentado 25 veces.

-¿Cuándo llega a Castilblanco?

-En el 92. Me impresionó más este pequeño pueblo que la Expo.

-Carlos Parra era un hippy con un hermano peluquero...

-Manuel se quedó impresionado con la cantidad de gente que fue a su entierro. La familia resistió al brutal acoso de los medios.

-¿Borges o Sabato?

-Borges, sin duda.

-¿Menotti o Bilardo?

-Menotti no hizo nada por una sobrina suya, Olga Menotti, desaparecida, una de mis mejores amigas. Tenía hilo directo con Videla el Mundial en el que limpiaron los chupaderos (centros de detención) cuando fue Amnistía Internacional. Prefiero Bilardo.