El deteriorado paseo de Torneo quedará conectado en primavera con el paseo de Juan Carlos I gracias a una pasarela peatonal metálica de 130 metros que servirá para eliminar una barrera arquitectónica que fue construida con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1992, fecha en la que la ciudad dejó de vivir de espaldas al río tras el desmontaje de la línea de ferrocarril que unía la ciudad con Madrid y la creación de estos nuevos espacios en las márgenes del Guadalquivir.

Aún en periodo de adjudicación hasta el último día de agosto, está previsto que la empresa concesionaria elegida por el Ayuntamiento comience los trabajos en octubre, contando con un presupuesto que llega a los 250.776 euros (IVA incluido). El emplazamiento designado por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo para su construcción se encuentra en muy mal estado en cuanto al pavimento y antepecho del muro de la cota superior de la calle Torneo. La memoria del proyecto detalla que "el desembarco de la pasarela se realiza en una zona terriza a la cota del paseo Juan Carlos I, que si se encuentra en un estado aceptable". La estructura estará ubicada entre el puente de la Barqueta y el de la Cartuja, a la altura de las céntricas calles Puerta de San Juan y Lumbreras.

La intención de la reforma es clara: que la pasarela peatonal permita mejorar los accesos de los ciudadanos a la zona de juegos infantiles que se encuentra a esa altura. Para ello se ha optado por esta solución de accesibilidad al tener en cuenta el modo en el que se hicieron los muros, que además cuentan con rellenos antiguos, para que la nueva pasarela no acabe por recargarlos en acceso. El proyecto trata de resolver la comunicación vertical, y por consiguiente la eliminación de una barrera arquitectónica, mediante esta pasarela peatonal en rampa entre la rasante superior del acerado de la calle Torneo, con la inferior al nivel de la dársena del río Guadalquivir en el paseo Juan Carlos I.

La constructora deberá resolver la pasarela "a nivel estructural de una manera independiente y autónoma respecto a la estructura existente del muro de contención del terreno que salva la altura existente entre una rasante y la otra", indica el documento técnico. Parte de la cota 2,91metros del paseo Juan Carlos I hasta la cota 10,05 de la calle Torneo, por lo que salva una altura total de 7,14 metros. "Dicha altura sólo se puede resolver con una pasarela inclinada que cumpla las normativas vigentes, es decir, una pendiente continua máxima del 6%, tramos máximos inclinados de 9,00 metros. de longitud, y mesetas intermedias de 1,50 metros. Esto hace que el desarrollo total de la pasarela sea de 129 metros".

La pasarela necesita de unos pilares metálicos de perfilería cimentados en zapatas aisladas arriostradas, que sustentan en su eje una viga a modo de quilla sobre la que se apoya una bandeja metálica que constituye la estructura en sí, conformada por un entramado de perfilería metálica sobre la que se apoya un tramex galvanizado, que sirve de sustento a la superficie pisable conformada por chapa galvanizada y lacrimada. Las protecciones laterales se resuelven con una barandilla de acero galvanizado, conformada con tubulares de 60 milímetros. De diámetro en los pasamanos, y redondos lisos como entramado vertical. El último tramo en la rasante inferior, se resuelve mediante una losa de hormigón armado, por la imposibilidad de realizarla con el mismo sistema metálico.

La idea del gobierno municipal que encabeza Juan Espadas no es únicamente solucionar los problemas de acceso que sufre esta zona del paseo. La intención es cumplir a lo largo de los cuatro años de mandato con las reclamaciones que desde hace años realizan distintas asociaciones y colectivos que se localizan tanto en la parte alta como en la zona más cercana al Guadalquivir.