Otra vuelta de tuerca al calendario escolar. Las asociaciones de padres y madres de alumnos de las escuelas públicas piden ahora que el curso no sólo se adelante al 7 de septiembre como recoge el proyecto de la Junta de Andalucía, sino que se inicie 15 días antes, el 1 de septiembre, coincidiendo con la vuelta de las vacaciones de los sevillanos, de manera que puedan conciliarse la vida laboral y familiar. Esta propuesta se hace pública el mismo día en el que los sindicatos comienzan sus movilizaciones contra dicho adelanto.

El borrador del decreto que establece que las clases de Infantil y Primaria comenzarán el 7 de septiembre y las de Bachillerato el 22 ha suscitado el rechazo unánime de los sindicatos de docentes, que se oponen a este adelanto ante la falta de tiempo para planificar el nuevo curso. Por contra, este adelanto ha sido bien acogido por los padres, ya que responde a una vieja reclama. José María Mesa, presidente de FAPA Nueva Escuela, ha señalado que durante este tiempo "las ampas han permanecido calladas, pero ante la negativa de los sindicatos a aceptar el adelanto también exigimos que las clases empiecen el día 1".

Esta petición encierra asimismo otras exigencias a la Administración autonómica, ya que se solicita que con la nueva fecha entren en funcionamiento todos los servicios complementarios de los centros escolares: comedor, aula matinal y dotación de personal, unos requisitos que son difíciles de cumplir cada año en el día tradicional de comienzo de curso.

Entre otras exigencias se pide un mayor control sobre el cumplimiento horario de los profesores. En este sentido, FAPA Nueva Escuela propone que se verifique la permanencia de los docentes en el centro, "sobre todo en Secundaria, Bachillerato y FP, donde el absentismo de los profesores es más perjudicial", añade Mesa.

La organización de las actividades extraescolares en horario no lectivo es otra de las propuestas, así como reabrir el debate sobre la implantación de la jornada escolar de mañana y tarde, cuya decisión la deja el borrador en manos del consejo escolar, donde el profesorado es mayoría.