El Ayuntamiento ya ha comenzado el realojo de familias del Vacie en distintos puntos de la ciudad para favorecer su integración social y con la meta de erradicar el poblado chabolista, el más extenso y antiguo en Andalucía. La concejal de Bienestar Social, Emilia Barroso, explicó ayer que 100 familias ya han sido baremadas para iniciar este proceso de realojos que se desarrollará "con cautela" en todas las zonas de la ciudad e incluso fuera de Sevilla para evitar la concentración de esta población y la formación de nuevos guetos. Durante el año pasado, 70 personas tramitaron las solicitudes para adquirir una vivienda digna. Una vía especial para que estas familias accedan a un piso es la que permite un convenio de la Consejería de Vivienda, por el que se prevé adquirir 34 viviendas para estos realojos. Como paso previo, un equipo de técnicos trabaja con cada familia para analizar su situación y buscar el mejor lugar para que el realojo sea un éxito de integración.

En el Vacie permanecen 55 chabolas, además de 88 casas prefabricadas que datan de 1992 y que se encuentran en un estado muy deteriorado. "La única solución para El Vacie es eliminarlo. Que cada familia viva en un sitio distinto", comentan dos mujeres que viven en este poblado chabolista.

Los técnicos de Bienestar Social y los miembros de las ONG que trabajan en El Vacie hicieron ayer balance de las actuaciones socioeducativas en el poblado, un lugar insalubre en el que malviven 908 personas, de las cuales 225 son niños. El coordinador de la ONG Movimiento por la Paz, Juan Antonio Vega, reseñó que hace una década comenzaron los trabajos para lograr la escolarización de los menores y entonces sólo 60 niños acudían al colegio. "Ahora los 225 niños están escolarizados", destacó Vega, si bien el absentismo es elevado. El 92% de esta población sufre pobreza severa y el 80% de los adultos son analfabetos. A los problemas de educación se añaden los de salud y el elevado índice de desempleo. El 70% de las personas con edad laboral nunca han firmado un contrato de trabajo.

Una de las características que definen El Vacie es la gran movilidad de la población, ya que muchas familias son itinerantes. La principal fuente de sustento en esta población es la venta ambulante y la recogida de chatarra. "Aunque hay varios proyectos, es necesario más esfuerzo e implicación de la Administración", añadió la trabajadora social Dolores Galindo.

Los tres ejes del plan integral para erradicar El Vacie pasan por mejoras en el poblado chabolista, la intervención en las familias para facilitar la integración y los realojos. Tras dos años de discusiones este ambicioso plan comenzó a andar en junio de 2008 y según confirmó la titular municipal de Bienestar Social ya han comenzado algunos realojos. Y "se continúa con un trabajo de seguimiento de las familias", comentó Barroso. Para evitar el efecto llamada, los técnicos municipales controlan el asentamiento para impedir la llegada de nuevas familias.

Las mejoras en el poblado están centradas en la limpieza llevada a cabo por Lipasam que retiró 228.000 kilos de basuras, así como en adecentar este barrio marginal, con la colocación de duchas y piletas. Algunos vecinos del Vacie aplauden estas mejoras pero recuerdan que siguen conviviendo con ratas e insectos, que las duchas que han colocado no tienen agua caliente y que la única solución es salir de las chabolas.