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"Me doy por pagado si me recuerdan por mi honradez"

  • Monteseirín se pronuncia por el legado que dejará como alcalde

La primera, a bocajarro, le inquirió por el viaje de tapadillo a Londres; la segunda por su vinculación con su ex asesor Domingo Enrique Castaño, imputado en los casos Mercasevilla y Unidad; la tercera, por los problemas de financiación de sus grandes proyectos... Así se abrió el turno de preguntas al que se sometió ayer el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, en un acto celebrado en el Alfonso XIII, un desayuno que fue utilizado por los concejales críticos del gobierno local para limar asperezas con los colegas alineados con Viera después de que trasluciera el minigabinete de crisis que Monteseirín y sus ediles fieles mantuvieron un día antes en el restaurante 5 Jotas, junto a la Plaza Nueva.

Con todos esos frentes abiertos -incluida la reedición del telón de acero que dividió el grupo municipal socialista hasta que Chaves impuso una paz forzada-, Monteseirín estuvo ágil en la última pregunta formulada por el moderador: "¿Por qué le gustaría que le recordaran cuando deje de ser alcalde?".

Sin titubear espetó: "Por mi honradez, con eso me conformo. Me doy por bien pagado si es así cuando llegue la hora, claro". Y bajó del estrado después de haber dejado una ristra de titulares que satisfizo el voraz apetito periodístico.

Quienes le conocen bien ponen una mano en el fuego por el regidor en lo que a meter la mano en la caja pública se refiere. No así con las amistades peligrosas que ha venido trabando a lo largo de sus casi tres mandatos, algo que, a tenor de la judicialización de varios episodios bajo su gestión, podría apearle del sillón de alcalde.

Ayer, por primera vez, cambió el discurso y evitó pronunciarse sobre su candidatura a las municipales de 2011. "No es el momento; ya llegará la hora de hablar de ello", contestó en seco. Rompió así con la tónica de arrogarse un cuarto intento, que, hasta ahora, siempre había contado con el aval de la ejecutiva regional y de la presidencia de la Junta.

No por ello eludió hablar de su gestión. "Sea quien sea [el cabeza de lista] estoy seguro de que el programa del PSOE beberá de lo que hemos hecho", agregó antes de cargar contra lo que, para él, es el peor cáncer para Sevilla, "un alcalde que caliente la poltrona y mire sólo por quedar bien sin hacer nada".

No como él. "Me he equivocado, seguro, pero a costa de hacer cosas", aseveró. Y lo justificó: "Sevilla es la primera capital española que más ha cambiado en la primera década del siglo".

Sobre la polémica de su viaje a Londres -en donde debió pescar el resfriado del que ayer pidió excusas-, dijo que la presencia del alcalde en foros internacionales "no es un mal gasto, sino una inversión", y puso como ejemplo la crítica por su hospedaje en la suite del Hotel María Cristina en San Sebastián el pasado mandato, coste que permitió poner en marcha el Festival de Cine de Sevilla. Pese a ello, reconoció que había habido fallos por la "poca comunicación" de la expedición.

Escoltado por su gobierno en bloque, Torrijos incluido, y por algún miembro de la Ejecutiva provincial como Susana Díaz, Monteseirín despachó rápido el caso Mercasevilla y evitó cualquier comentario sobre la trayectoria municipal de Domingo Enrique Castaño. "Estamos a la espera de resoluciones judiciales porque, no hay que olvidarlo, fuimos nosotros quienes lo denunciamos a la Fiscalía".

Y un apunte más sobre los retrasos de sus proyectos estrella por problemas de financiación derivados de la crisis. Haberlos, haylos, pero con alegato de defensa: "Hay dificultades, pero la marca de la casa es que lo que prometemos, lo hacemos". ¿Una fecha para el Parasol de la Encarnación? "Ayer Celis no se atrevió. La fecha depende de cuestiones de carácter técnico".

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