Algo que no se le puede negar a la normativa sobre evaluación y calificación es que ha logrado convertir a la Hispalense en centro de atención de la semana. Durante cinco días, una de las instituciones académicas más longevas del mundo ha sido tema de debate nacional por un reglamento caracterizado por múltiples interpretaciones y un silencio "casi sepulcral" del equipo rectoral que hasta ayer no respondió a las críticas y comentarios con una escueta nota de prensa.

La "bomba" informativa estallaba el lunes cuando se hacía público el artículo 20 de la citada normativa por el cual un alumno que copie tiene derecho a terminar su examen. Las alegaciones del profesor y el alumno vendrán después. Todo un cambio reglamentario para el que hubo múltiples opiniones y una escasa reacción por parte de la institución universitaria.

Mientras la noticia llenaba minutos de telediarios y se convertía en tema principal de tertulias, la voz del rector de la Hispalense se sumía en el más profundo de los silencios. No hubo respuesta ni al segundo ni al tercer día, sino al cuarto. Tiempo más que suficiente para dejar en entredicho la imagen de una universidad que aspira a convertirse en Campus de Excelencia Internacional.

El primero en opinar fue el consejero de Innovación, Martín Soler, quien destacaba que la normativa menoscaba la autoridad del profesor. A la de él se unieron las voces de destacados catedráticos que a raíz del reglamento ponían de manifiesto "la decadencia" de la Hispalense. Desde la oposición política también llegaron voces en contra. El PP e IU coincidían con el PSOE en considerar "nefasta" la medida. Otro gran logro de la normativa.

El miércoles el debate llegó hasta Madrid. En la capital española, durante la inauguración de la nueva edición de Fitur, el presidente de la Junta mostraba su sorpresa por la norma universitaria y criticaba que se ayudase a los tramposos. También opinó Mar Moreno, quien descartó cualquier posibilidad de que una normativa de esta índole se aplicase en colegios e institutos. A estas alturas ya se empezó a hablar de la posibilidad de que el rector cambiase la normativa. La confirmación llegó ayer: el lunes habrá consejo de gobierno extraordinario. Hasta entonces no se sabrá si la norma se retira o rectifica. Un debate en pleno prime time con los exámenes de febrero a la vuelta de la esquina.