El rojo y el amarillo nunca combinaron tan bien ni fueron tan rentables como ahora, cuando la selección tiene 90 minutos para convertir mañana a España, por primera vez en la historia, en campeona de un Mundial de Fútbol. Camisetas oficiales pero también bufandas, gorras, banderas y todo aquello que huela a español está de moda y en Sevilla, como en todo el país, las tiendas no dan abasto para cubrir la demanda que ha provocado la fiebre roja.

Los logros de Casillas, Puyol, Iniesta y el resto de jugadores de la selección parecen haber erosionado los prejuicios históricos y políticos que para muchos -aún hoy- sigue teniendo la roja y gualda. Prueba de ello es que hombres, mujeres y niños de toda condición hacen cola en tiendas y centros comerciales para hacerse con cualquier prenda que luzca estos colores. "Nunca habíamos visto nada igual", cuenta Juan Peña, responsable de la planta de deportes de El Corte Inglés del Duque. "Le hemos vendido una camiseta de la selección hasta a un alemán".

Y es que aunque cada vez que se celebra un Mundial los productos oficiales de la selección registran una subida en las ventas, en el de Sudáfrica la cosa ha sido distinta. "Al principio se vendía mucho merchandising -jarras, vasos, llaveros- pero a medida que España iba clasificándose todo se ha disparado". La oferta es tan variada como uno pueda imaginar: camisetas -las nuevas y las de otras temporadas- polos para todas las edades [los de los niños están prácticamente agotados], calzonas, medias, pulseras... aunque lo más vendido siguen siendo bufandas, gorras y banderas. El producto estrella: una camiseta reversible (azul y roja) que tiene en exclusiva El Corte Inglés.

Algo parecido ocurre en el Decathlon de Camas, donde desde hace días no dejan de recibir pedidos de camisetas oficiales. "Ante el encuentro con Portugal hubo un incremento notable de las ventas pero luego la cosa se mantuvo estable. Ahora, con la victoria ante Alemania y con la final del domingo, no damos abasto", cuenta Manuel Romero, responsable de la sección de deportes colectivos de la tienda. En sus estanterías tienen camisetas de varios modelos y en su página web (www.decathlon.com) información sobre los productos de la selección.

Pero no sólo la ropa deportiva o los complementos están haciendo furor estos días. Otras marcas que incorporan en su diseño una bandera de España o sus colores "también han notado cómo estos días crecen las ventas", explican desde El Corte Inglés. La cadena de tiendas Iván Sevillano lleva, por su parte, más de diez años trabajando con firmas (como la sevillana Spagnolo) que siguen esta tendencia. Esther Molina, que junto a Iván Sevillano está al frente del negocio, cuenta que ya desde que la selección ganó la Eurocopa en 2008 "se nota" un cambio en la mentalidad de los consumidores. La clientela de esta empresa (que tiene tres tiendas en Sevilla y otras tres en Huelva) es de lo más variada. "La gente ya no atribuye una bandera española a una idea política y se lleva una camisa o un polo simplemente porque le gusta", asegura. Además, muchos de los que entran en algunas de sus tiendas son extranjeros y "algunos niños han entrado para preguntar por la camiseta de Villa". Tan buena aceptación tienen estas prendas que van a incorporar moda femenina en dos nuevas tiendas en Asunción y Sierpes y en septiembre Iván Sevillano sacará su propia línea de ropa.

Más allá de las tiendas de moda también se vende, y mucho, la imagen de España. Bazares, ultramarinos y pequeños comercios del centro de la ciudad están haciendo su agosto ofreciendo todo tipo de productos y hasta los vendedores de pañuelos en los semáforos se han sumado a esta moda. En el número 19 de la calle Lineros, una pequeña tienda de artículos a dos euros ha transformado sus expositores para vender chanclas, fundas de móvil, cintas para el pelo o pañuelos de lo más patrióticos. "Las gorras y banderines se nos han acabado y estamos esperando más genero porque hasta mañana domingo esperamos vender mucho más".

Visto lo visto, parece que atrás quedó el tiempo en que los españoles lucían -y sin complejos- camisetas, zapatos o mochilas con banderas británicas o brasileñas mientras que la española quedaba relegada única y exclusivamente a actos institucionales. Lo que no consiga el fútbol...