Sevilla

Sevilla empieza a ordenar sus elementos urbanos

  • El Ayuntamiento abre al debate ciudadano las directrices fijadas por el arquitecto Juan Ruesga y promete incorporarlas en la ordenanza que aprobará a final de año

El Consistorio sevillano quiere poner fin a la acumulación desordenada del mobiliario urbano en la capital (como en los ejemplos de las fotos anejas) y darle cierta coherencia a la estética de las fachadas y pavimentos, así como a la colocación de farolas y demás elementos del paisaje de la ciudad, como ya hacen Barcelona y Madrid desde hace una década. Lo que era una asignatura pendiente de Sevilla desde la aprobación de su Plan General (PGOU) de 2006 se aprobará en una ordenanza municipal entre finales de año y principios de 2011, según las previsiones de la Gerencia de Urbanismo.

El alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín recalcó ayer que el objetivo no es "homogeneizar" toda la ciudad, sino cohesionar los espacios, y aclaró que, de ahora hasta final de año, le toca a los ciudadanos opinar sobre las directrices ya redactadas que servirán de base para la futura ordenanza. Las sugerencias pueden emitirse por internet y en reuniones que se convocarán a partir de septiembre. "La ciudadanía es quien tiene el derecho de decidir el patrón de la ciudad", dijo el regidor en el acto de presentación del plan celebrado en el Colegio de Aparejadores, en la avenida de la Palmera.

Monteseirín hizo hincapié en que esta regulación establecerá el criterio oficial contra aquellos que quieren imponer el suyo. "Establezcamos la norma para que nadie pueda imponer. El canon de la ciudad no puede ser la subjetividad de una persona. Nadie tiene derecho a imponer sus gustos como el canon único", defendió en su discurso antes de dar a conocer las directrices básicas del paisaje urbano que han sido encargadas al arquitecto sevillano Juan Ruesga.

El resultado del trabajo de Ruesga, la base de la futura ordenanza, son unas conclusiones y tres anexos que pueden consultarse por internet (www.paisajeurbanosevilla.org/documentacion/). En el primero se resumen los criterios que el arquitecto propone para Sevilla, y los otros tres detallan la normativa actual de la capital en esta materia, la experiencia de otros municipios españoles y europeos. La ordenación del paisaje urbano afectará a toda la ciudad, aunque se reserva una consideración especial para el casco histórico, integrado por el Centro, Triana antigua y San Bernardo.

La ordenanza debe regular las características, formas, color y posición de las instalaciones del paisaje urbano, ya sean de carácter permanente o provisional. El objetivo es que no haya elementos discordantes, y que tengan una buena conservación y mantenimiento en relación con el lugar donde se instalen.

Ruesga considera "decisivo" que el Ayuntamiento cuente con un servicio municipal que supervise, promueva, actúe y asesore sobre las actuaciones en el paisaje urbano a los particulares y a los servicios y empresas municipales y de otras instituciones públicas que actúan en las calles, plazas y edificios. El arquitecto citó a Barcelona como ejemplo a seguir y advirtió que la desorganización del mobiliario urbano se da en municipios modélicos que son ejemplo de ciudades bien gestionadas, como San Sebastián y Vitoria. La consecuencia es una "heterogeneidad de soluciones y componentes, resultado de actuaciones diversas en el tiempo. En la mayoría de los casos son elementos procedentes de catálogos de empresas concretas, con lo que se da la paradoja, que lo que podría ser una uniformidad a lo largo de las ciudades españolas, en la práctica se traduce en una imagen del paisaje urbano muy alterado por la multiplicidad de elementos".

En su documento de directrices, Ruesga también llama la atención sobre la fuerte tensión que hay en las ciudades "entre homogeneizar y singularizar en exceso, que está dando unos resultados dudosos en ambos casos. Los productos existentes en catálogo facilitan precios, pero homogeneízan ciudades".

En su opinión, la madera no es un material idóneo para ciudades con exceso de sol, como Sevilla. "Hay que evitar la evitar la madera en ciudades de fuerte insolación, evitaría el efecto de lo fotodegradación con su tono gris ceniza, que tan a menudo vemos y que produce una sensación de abandono y falta de previsión".

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