La versión exculpatoria del Cuco sólo aguantó incólume hasta la cuarta sesión del juicio, cuando el juez tomó declaración a los policías que intervinieron en la investigación por el asesinato y violación de Marta del Castillo.

El testimonio del menor respecto a que el 24 de enero de 2009 ni siquiera estuvo en el piso de León XIII donde se produjo el crimen se desplomó con las primeras declaraciones de una decena de agentes de los grupos de Homicidios y del Grupo de Menores. Los investigadores explicaron en su declaración en la vista oral que el Cuco confesó que vio el cuerpo de Marta del Castillo "con mucha sangre" en el piso de León XIII durante un traslado desde el centro de menores donde estaba internado al juzgado para prestar declaración.

Este reconocimiento de los hechos por parte del menor se produjo el 4 de marzo de 2009 y se realizó de forma "espontánea" dentro del vehículo que le trasladaba al juzgado, después de que los agentes le comentaran que se habían hallado restos de ADN suyos mezclados con los de Marta bajo una mesa de ordenador, en el dormitorio de Carcaño. Según el testimonio que expusieron los policías en el juicio, el menor se echó a "llorar" como un niño, "balbuceó" y se mostró "muy agobiado", y fue entonces cuando les dijo que "quería declarar". Entre sollozos, el Cuco confesó que había estado en el piso de León XIII, donde vio a Marta y "mucha sangre". Tras esos primeros signos de debilidad, el menor "se rehízo anímicamente y dijo que no daría más detalles" hasta que se entrevistara con su abogado, Fernando de Pablo. Los investigadores sospecharon en ese instante que el Cuco podría tener una "implicación mayor" de la que había reconocido hasta ahora, dado que esta confesión tuvo lugar con posterioridad a que el menor hubiese reconocido su participación únicamente en las labores para deshacerse del cuerpo de Marta, una vez que fue detenido el 15 de febrero de 2009.

Cuando el vehículo llegó a Sevilla y se entrevistó con su abogado defensor, el menor ya no volvió a corroborar esas manifestaciones ante la Policía ni el juez, aunque sí se prestó a llevar a los agentes al día siguiente al puente desde el que supuestamente habrían arrojado el cuerpo de Marta al río Guadalquivir. El Cuco estuvo en tres o cuatro puentes con la Policía, pero no llegó a concretar el lugar desde el que presuntamente se deshicieron del cadáver.

Los policías también explicaron ayer que en las diferentes declaraciones preguntaron al Cuco sobre si en el piso de León XIII había una silla de ruedas, con la que supuestamente sacaron el cuerpo de la vivienda del asesino confeso y lo llevaron a un lugar desconocido.

En la sesión de ayer también declaró un subinspector de la Policía que halló en una alcantarilla la navaja del Cuco con la que supuestamente el menor y Miguel Carcaño habrían amenazado a Marta mientras la agredían sexualmente. Los policías indicaron que el Cuco reconoció que esa navaja era suya y que se la había "regalado" a Miguel Carcaño, el asesino confeso, que fue quien reveló dónde se hallaba la navaja al ofrecer su cuarta versión de los hechos, en la que volvió a asumir la autoría del crimen, exculpó al menor, y dijo que no sabe dónde está el cadáver porque se lo llevó Samuel en un coche de un tío suyo.

De otro lado, los investigadores negaron con rotundidad que sometieran al Cuco y a los otros implicados a supuestas "presiones y coacciones" para que se autoinculparan en los hechos, como denunciaron el propio Cuco y Samuel Benítez. La Policía explicó que todas esas declaraciones se realizaron de forma libre y en presencia de los abogados defensores de los imputados.

El juicio se reanudará el lunes con la declaración de otros ocho policías, entre ellos cuatro agentes de la Policía Científica que intervinieron en la inspección ocular en el piso de León XIII pero no en la recogida de restos biológicos y de ADN.