Sevilla

La población reclusa cae un 7% tras haberse duplicado en sólo dos años

  • Los funcionarios de prisiones intervinieron 663 objetos peligrosos, un 60% más que en 2009 · Un 20% de los traslados al especialista no se hicieron por falta de policías

La población reclusa que hay en las cárceles sevillanas se redujo un 7,03% el pasado año, al pasar de los 3.851 presos que se contabilizaron a 31 de diciembre de 2009 a los 3.580 registrados el año pasado. Este ligero descenso de 271 presos es el primero que se produce en los centros penitenciarios después de que la población reclusa se hubiese duplicado en sólo dos años -en 2007 había sólo 2.032 presos en Sevilla- con motivo de la creación del Centro de Inserción Social (CIS) Luis Jiménez de Asúa y de la cárcel de Sevilla-II, en Morón de la Frontera.

La memoria de la Fiscalía de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla señala que, actualmente, la tasa de ocupación de los cinco centros penitenciarios que hay en la provincia es de 1,42 internos por celda -el año pasado había 2.514 celdas-, una tasa ligeramente inferior al 1,55 que hubo en 2009, cuando había incluso un número inferior de celdas (2.481), lo que implica una mayor comodidad para los internos.

En la prisión de Sevilla-I había a 31 de diciembre 1.287 internos -895 cumpliendo condena y 392 preventivos-, una cifra muy por debajo de los 1.698 que tenía en 2008 y de los 1.717 del año 2006. La prisión de Morón, inaugurada en 2008, cuenta con una población reclusa de 1.653 presos, en su inmensa mayoría cumpliendo condena, ya que sólo hay 13 casos de reclusos que están en situación de preventivos.

La memoria de la Fiscalía aporta otro dato interesante: aunque ha descendido la población reclusa, se ha producido un incremento del 59,75% en cuanto al número de intervenciones de objetos peligrosos en las cárceles, sobre todos los clásicos pinchos de fabricación casera. Los funcionarios intervinieron el año pasado 663 objetos peligrosos en las cárceles de Sevilla-I y Sevilla-II, lo que supone 248 más que los que se contabilizaron en 2009, cuando fueron aprehendidos 415 objetos peligrosos en estos recintos.

También han crecido, aunque en una medida menor, del orden del 12,83%, las incautaciones de sustancias estupefacientes dentro de las cárceles sevillanas: el año pasado hubo 422 frente a las 374 de 2009. Estas cifras pueden ofrecer una doble lectura porque pueden reflejar un aumento de la conflictividad dentro de los centros penitenciarios, o bien, un incremento de la eficacia de la labor de los funcionarios que han llevado a cabo esas intervenciones de armas y drogas a los internos.

La memoria de la sección de Vigilancia Penitenciaria de la Fiscalía hispalense, que coordina el fiscal Luis Fernández Arévalo, recoge asimismo como uno de los "principales problemas" que en la actualidad hay en las cárceles sevillanas el fracaso de las salidas de los internos para ser tratados por los especialistas en los hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS), una situación que se produce por la falta de custodia policial para los traslados. De las 2.679 peticiones de cursadas el año pasado, no se materializaron 511 salidas por falta de policías, lo que supone un 19,07% de traslados no realizados.

La situación es especialmente significativa en la cárcel de Sevilla-I, donde no se atendieron 338 salidas al médico especialista, un 33,26% del total de asistencias solicitadas. El fracaso de estos tratamientos incumple el convenio que la Junta de Andalucía y el Ministerio de Justicia suscribieron en 1992, que contemplaba la atención ambulatoria en los centros penitenciarios y la hospitalaria en los centros dependientes del SAS.

En las prisiones sevillanas se concedieron el pasado año 423 libertades condicionales y 33.003 permisos a los internos, de los cuales sólo se produjeron 35 casos de quebrantamiento del permiso, en el que los internos no regresaron a la cárcel cuando debían hacerlo.

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