Patios inundados por aguas residuales, calles repletas de basuras, nubes de insectos, roedores, fachadas llenas de humedades e infraviviendas con techos de uralita forman parte del paisaje urbano de una de las zonas más degradadas de la ciudad, Tres Barrios-Amate, donde el paro provoca estragos a una población afectada desde hace ya décadas por elevados índices de exclusión social.

El plan integral para "la erradicación de las desigualdades" -según consta en un acuerdo del Ayuntamiento- se gestó en 2004 y desde 2009 está aprobado en el Pleno municipal. Este plan integral se ha anunciado en repetidas ocasiones por las administraciones como la hoja de ruta para renovar los espacios públicos y luchar contra una espiral de problemas que se perpetúa (absentismo, fracaso escolar, paro, insalubridad, drogadicción, etcétera). La lista de proyectos de rehabilitación prometidos se han convertido, de momento, en una simple declaración de intenciones. "Se han hecho cosas, pero a un ritmo muy lento, y quedan muchas por hacer", explica Fernando de Armas, portavoz de la plataforma cívica Tres Barrios-Amate, que mañana jueves tiene prevista una concentración ante la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía. La plataforma ciudadana reivindica desde hace años la implicación de la Junta de Andalucía y un calendario de actuaciones concretas.

Entre otros espacios públicos, los que viven en Tres Barrios (Los Pajaritos, Madre de Dios, Candelaria y Nazaret) ansían la construcción de un centro cívico previsto desde 2007 en los presupuestos participativos del Ayuntamiento, así como el nuevo edificio para albergar los servicios sociales de esta zona. "Las familias desestructuradas requieren una atención cercana, pero la unidad de servicios sociales que se creó específicamente para Tres Barrios-Amate se encuentra en el Cerro del Águila", añade el portavoz vecinal. En estos barrios no existen ni zonas deportivas ni bibliotecas. Junto a los colegios, los edificios públicos se reducen a la parroquia, el centro de salud, la oficina del Servicio Andaluz de Empleo y la escuela taller para una población de 22.000 personas.

La prioridad para los residentes es la rehabilitación y renovación de alrededor de 400 viviendas en Los Pajaritos que presentan graves problemas de salubridad y riesgo de derrumbe, lo cual se puede comprobar con un simple vistazo a las fachadas de la calles Perdiz, Gaviota o Mirlo. Al entrar en uno de los bloques de viviendas municipales en la calle Perdiz, un olor fétido delata la cercanía de las pozas fecales localizadas en el único patio del que disponen los vecinos. Los malos olores y la humedad atraen con frecuencia a insectos y roedores. Los vecinos tratan de afrontar estos problemas con mosquiteras. Los escasos recursos no llegan para más. Ante el riesgo de derrumbe, los residentes colocan vigas metálicas para apuntalar los techos de uralita.

Junto a la precariedad de las viviendas, que se construyeron en la década de los años 50 del siglo XX con materiales de muy baja calidad, el paro es el segundo problema al que apuntan los vecinos. La crisis afecta por partida doble a esta zona marcada desde hace años por una elevada brecha (alrededor de 11 puntos ) respecto al la tasa de actividad media de la ciudad. El nivel de dependencia de la población es considerable por el importante peso que tienen los mayores de 65 años y los menores de 15. En los talleres de empleo para los jóvenes que no terminan la ESO en el antiguo colegio de San Fernando se imparte formación centrada en la construcción, el sector más golpeado por la crisis, lo que dificulta la inserción laboral de los jóvenes alumnos. La plataforma cívica de Tres Barrios-Amate incide en que la amenaza que supone el paro puede convertirse en una gran oportunidad con la ayuda de las administraciones.

Para la entidad vecinal lo idóneo sería recolocar a los alumnos de esta escuela taller en las obras de rehabilitación prometidas en esta zona. "Con ello la inversión en Educación revertiría en los barrios", explica un portavoz de la plataforma. Pero todo dependerá de la voluntad de la Administración. Otra posibilidad es "la ampliación de la oferta formativa, por ejemplo con cursos de ayuda a domicilio para crear puestos de trabajo para las mujeres. Son muchas las personas mayores que viven solas", proponen.