La joven Najwa Malha, que fue apartada de clase hace unas semanas por acudir con la cabeza cubierta con velo islámico, tendrá plaza escolar en el IES Gerardo Diego, en Pozuelo de Alarcón, a partir de hoy, según informaron fuentes de la consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.

Este departamento ha notificado el traslado al nuevo centro y a la familia de la joven, que en la mañana de ayer solicitó la baja de la alumna en el IES Camilo José Cela, donde había estudiado hasta el momento.

Tras este primer paso, el padre de Nawja solicitó a la consejería de Educación esta misma tarde plaza en un nuevo instituto, sin especificar ninguno en concreto. Ante esta situación, la Comunidad ha elegido el Gerardo Diego, que permite en su reglamento interno de convivencia el uso del pañuelo en las aulas. De hecho, este mismo curso ya hay alumnas que acuden regularmente con el hiyab.

Najwa, acudió ayer al instituto cubierta con una capucha para asistir a una excursión. Por el contrario, las cinco compañeras de instituto que días atrás habían llegado al centro con la cabeza tapada en solidaridad con Najwa lo hicieron sin pañuelo. Aparte de la presencia de numerosos periodistas en las inmediaciones del instituto, la entrada al centro ha transcurrido con total normalidad. La niña pudo acudir ayer cubierta ya que la jornada escolar no transcurrirá en el interior del centro sino en una excursión, de acuerdo al reglamento del instituto.

El caso de Najwa Malha ha reabierto en España el encendido debate sobre la presencia de símbolos religiosos en la escuela pública. No es un debate nuevo ni en España ni en Europa, un continente que en las últimas décadas ha ido viendo cómo la afluencia de los inmigrantes modificaba aspectos de su sociedad. Pérdida de identidad, argumentan unos. Multiculturalidad, defienden otros.

El caso de Najwa, de nacionalidad española y origen marroquí, no es el primero ni será el último en España, ya que ni el Gobierno ni el Parlamento se han atrevido hasta el momento a legislar sobre un tema controvertido. Al contrario que en Francia, que prohibió en 2004 los elementos religiosos ostentatorios en las escuelas con la consiguiente gran polémica, en España no existe regulación al respecto.

Las leyes no prohíben que los alumnos lleven símbolos religiosos, pero tampoco lo permiten específicamente. Eso deja un gran espacio a la interpretación y a los pronunciamientos. Y en última instancia, son los centros escolares los que deciden en sus reglamentos internos. Los del colegio de Najwa, el Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón, establecen que ningún alumno podrá acceder a clase con gorras, capuchas ni otros objetos que les tapen la cabeza. Y eso es lo que hace el pañuelo islámico, que cubre cabeza y pelo, dejando el rostro al descubierto.

Con la polémica ya en los titulares de prensa, el consejo escolar del centro decidió mantener sus reglas como están, lo que significa para Najwa seguir apartada de las clases en ese centro si persiste -como ha hecho- en su intención de llevar el hiyab. "No cabe ningún tipo de negociación porque estamos hablando de un derecho básico. Esto es una batalla por la libertad de los musulmanes y de los españoles en general", sostiene el secretario de la Federación Musulmana de España, Yusuf Fernández. La organización ha decidido acudir al TC por lo que considera una violación de la Carta Magna, que garantiza la libertad religiosa y de culto. Lo que se ha hecho con Najwa supone un "claro caso de islamofobia", dijo.

La opinión de la reconocida arabista española Gema Martín Muñoz, directora de la Casa Árabe en Madrid, es similar. "Tanto porque la ley de libertad religiosa lo permite, como porque garantizar la educación es un derecho que debe prevalecer, la niña tiene que volver a las aulas sin que haya objeto de discriminación", aseguró.

En la esfera política las cosas no están claras.