La Universidad Pablo de Olavide le otorgó el primer Premio Espíritu Emprendedor Universitario por su proyecto Viticultura ecológica en zonas con riesgos de despoblación. Peñalsordo (Badajoz) se ajusta a su planteamiento, un pueblo de algo más de mil habitantes en el que se produce el vino de pitarra. Allí vive parte de su familia, aunque ella es sevillana de nacimiento. "Mi objetivo es generar empleo en el pueblo y en la región, para dar salida a los productos que allí se elaboran: vinos, chacinas y quesos". Su trabajo profundiza en la posibilidad de creación de cooperativas vinícolas en las que "juntar conocimientos para combatir plagas, estudiar la producción, dar salida a los productos". De hecho, opina que existe buena formación teórica en la materia; sin embargo, hace falta aplicarla en busca de "soluciones a problemas que actualmente no se combaten". Del tinto con gaseosa a caldos llegados desde Hungría. Paula no se cierra a ninguna tipología, lo que tiene muy claro es que su carrera profesional está enfocada a llegar a ser enóloga. "No sabía que iba a llegarme tan rápido". De hecho, con la dotación económica del premio (2.500 euros) debe realizar un plan de viabilidad de su proyecto. "Existen muchas marcas de vino, el mercado está muy saturado, pero la idea es viable buscando nuevos consumidores puerta a puerta y a través de internet".