Muchos sueñan con cambiar el mundo, pero pocos son los que dedican su tiempo libre a intentarlo. Francisco José Galán Perogil, a sus 18 años, ha iniciado sus estudios de Técnico Superior en Interpretación de la Lengua de Signos -su nota no le permitió entrar en el Grado en Psicología- después de pasar el verano como voluntario en el área infantil del Hospital Virgen del Rocío. "Seré un psicólogo que además se comunica en este lenguaje", afirma. Hace un año que pertenece a Cruz Roja, entidad en la que conoció a María del Carmen Morón García, dentro de la sección para jóvenes Pineo. Juntos, después del estío, crearon su propio grupo de acción: Voluntariado Picones. Según cuenta Perogil, ambos querían intervenir en proyectos más concretos, además de seguir participando en los programas de Cruz Roja. "Sigo a muchos psicólogos en Twitter para hacer contactos para el futuro", comenta este joven que conoció a través de un tuit la historia de Alicia. Junto a su compañera, decidió colaborar con los padres de esta pequeña de un año que sufre parálisis cerebral. Para costear sus tratamientos, se han colocado contenedores en una decena de establecimientos de toda la ciudad para recoger tapones. En el blog de este grupo solidario, www.voluntariadop.blogspot.com.es y en sus cuentas de Facebook y Twitter, se puede conocer cómo ayudar en esta iniciativa.