Un informe de los laboratorios centrales de la Policía Científica en Madrid, en el que expertos en Biología dan cuenta de los resultados de los análisis y cotejos de las decenas de muestras que los investigadores tomaron para esclarecer el crimen de Mari Luz Cortés, abre un duro pulso de interpretaciones entre la Fiscalía y las defensas de Santiago y Rosa del Valle. En la quinta sesión del juicio, los expertos (se asistió a trece testimonios) constataron ante los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva que los exámenes que practicaron en la instrucción no incriminan a los acusados en el asesinato y abuso sexual de la niña.

Sin embargo, ayer se confirmó en la sala que hay un denominador común entre la pequeña y uno de los escenarios que se han analizado con lupa durante la investigación: el vehículo de Rosa del Valle, utilizado supuestamente para el traslado de la niña según la versión que dan las acusaciones.

Se analizaron los cabellos encontrados en la ropa que llevaba Mari Luz el día de su desaparición (13 de enero de 2008), las mismas prendas prácticamente intactas con las que fue encontrada, además de otros cabellos localizados en el coche Hyunday Accent de Rosa del Valle (incluido el maletero), en uno de los carritos de la compra que le fue intervenido al pederasta, y los pelos recogidos de la cazadora de Santiago del Valle y de unos guantes que se encontraban en uno de los carros que les fueron intervenidos.

Tanto a los hermanos Del Valle como a la esposa del pederasta, Isabel García, se les tomaron muestras (frotis bucal y uñas en el caso del presunto asesino) que se cotejaron con los las muestras de los cabellos (fragmentos sin raíz) para un análisis de ADN mitocondrial. La conclusión: ninguno de los haplotipos de las muestras recogidas de la ropa de la niña coincide ni con el principal sospechoso ni con las mujeres. Tampoco hay coincidencia con los recogidos en el coche de Rosa del Valle.

La excepción es que uno de los cabellos encontrados en la ropa de la pequeña coincide con el haplotipo de un pelo recogido del maletero del coche, de un donante desconocido (no corresponde a ninguno de los acusados ni tampoco a Isabel García). "No se puede descartar -afirmó una de las autoras del informe- que procedan del mismo individuo o de individuos de la misma familia materna", a lo que agregó que este haplotipo se repite en uno de cada 6.000 individuos en la población europea.

Las hipótesis sobre cómo llegó el cabello al maletero del coche de Rosa del Valle son varias: los dos fragmentos podían estar en la ropa de la niña y uno se transfirió al maletero; ambos estaban en el maletero y se transfirieron a la ropa de la niña; un mismo individuo, en dos momentos distintos, los pudo transferir uno al maletero y otro a la niña o que provengan de individuos distintos y que hayan sido transferidos en un lugar y en otro. Las defensas, de un lado, y las acusaciones, de otro, barren hacia su terreno y toman nota para sus informes finales.

De momento, y a la espera de lo que digan los forenses que practicaron la autopsia al cuerpo sin vida de la pequeña para conocer las circunstancias en las que se produjo la muerte (hoy comparecen ante el tribunal), los informes de la Policía Científica tampoco han podido determinar la data exacta del fallecimiento y el lugar en el que se produjo o estuvo el cadáver hasta su localización (fue hallado en la ría de Huelva el 7 de marzo de 2008).

Otras dos agentes indicaron que no se pudo extraer ADN de las muestras de fauna cadavérica analizadas y que en las muestras que sí se consiguió, no se pudo determinar la especie por la inexistencia de una base de datos de esta fauna. Tampoco fue posible concretar la procedencia de otras muestras tomadas en la autopsia: una pluma blanca y una muestra vegetal.

Dos peritos de la Policía Científica citados por de la defensa de la hermana del pederasta, que analizaron muestras entomológicas (insectos a los que se conoce como cuadrilla de la muerte) que pueden ser referentes para calcular la fecha del fallecimiento y el lugar, destacaron la imposibilidad de obtener el primero de estos datos por el estado en el que se encontraba.

En cuanto a los insectos que dan pistas de la localización geográfica en la que estuvo el cuerpo, el informe sólo acota en un caso (aguas salobres de marismas y estuarios, con terrenos fangosos) mientras que en otro amplía la presencia del insecto a todo el territorio peninsular.

En cuanto al cotejo de las fibras encontradas en los distintos escenarios, en la ropa que llevaba Mari Luz, en las prendas de los hermanos del Valle, así como en el vehículo, los miembros de la Policía Científica de Sevilla que escudriñaron estas muestras constataron que dieron negativo en todos los supuestos, por lo que no disponen de evidencias que relaciones a los acusados con la menor. "Donde no hay contacto, no hay transferencia -afirmó uno de los expertos-. No sabemos si la niña estuvo en un envoltorio que no tenemos", añadió.

En sus análisis, lo que llamó la atención a los agentes fue la "limpieza extrema" de las botas de Santiago del Valle, "casi como unas botas por estrenar" y también del maletero del coche. La mujer del pederasta dijo en la instrucción que las botas estaban manchadas de barro amarillo cuando Del Valle regresó a la casa tras su ausencia aquella tarde y confirmó que las lavaron en dos o tres ocasiones en la lavadora. El mismo Santiago dijo en una ocasión que "las lavé porque soy muy limpio".