El Ayuntamiento de Sevilla tiene vía libre para reutilizar y trasladar las 22 cámaras del plan del centro para otros usos relacionados con el tráfico cuando se cumpla la promesa electoral del nuevo alcalde del PP, Juan Ignacio Zoido, de derogar la restricción de vehículos en el casco en el primer Pleno ordinario de este mes, fijado para el viernes 29 de julio.

No hay obstáculos para cumplir este punto. La tecnología, cuyo coste ascenció a más de 820.000 euros al Consistorio, se podría desmontar en poco tiempo para ser empleada en nuevas necesidades de tráfico del Ayuntamiento, salvo si el equipo del alcalde decide mantener en el mismo lugar algunas de las cámaras que ahora están instaladas para controlar los accesos más conflictivos al centro de Sevilla.

Esta reutilización tendría un coste menor: únicamente los derivados del trabajo de desmontaje y nuevo montaje, sumado a las catas para el tendido de la fibra óptica.

El Consistorio tiene varias alternativas si elimina el plan de tráfico del centro. Podría llevarse las cámaras a vigilar los carriles reservados al transporte público (autobuses y taxis) con el objetivo de persuadir a los vehículos de que no los invadan, so pena de ser multados. Cámaras  de este tipo ya funcionan en los carriles bus-taxi y contracarriles de los dos kilómetros de la Ronda Histórica que se pusieron en sentido único. Cumplen bien su cometido y han logrado que los autobuses ganen velocidad comercial en este punto.

El gobierno local todavía no ha explicado si piensa conservar en el centro algunas de las cámaras que contrató en 2010 ni si va a respetar el plan en determinados puntos. En ese caso, la tecnología ya existente se podría destinar a controlar las entradas al casco que concentren más afluencia de tráfico en determinadas horas, tales como las calles San Pablo, Puerta Osario y Calatrava, por citar algunos ejemplos. También podría optar por anular el control de estos dispositivos de vigilancia en las calles de entrada a los aparcamientos públicos del centro, como sería el caso de Baños, San Pablo y Escuelas Pías, entre otros.

Otra hipotética opción de uso para las cámaras sería aprovecharlas para frenar la doble fila e implantar por primera vez los carriles Bus-VAO (reversibles y de paso exclusivo para autobuses y vehículos ocupados con tres  o más viajeros) en las entradas a Sevilla desde el Aljarafe, Montequinto y Dos Hermanas. Estos carriles especiales se proyectaron en el Plan Metropolitano de Transporte de Sevilla, pero no se han implantado por los recortes presupuestarios forzados con la crisis. Funcionan con éxito en otras grandes capitales españolas como Madrid. El de Barcelona está en construcción y debería estar listo para el año 2012.

En principio el gobierno del PP ha anunciado que su primera medida para compensar la eliminación del Plan Centro será ampliar los microbuses eléctricos de Tussam con viajeros al interior del centro desde varios puntos de la Ronda Histórica. También construirá más aparcamientos subterráneos alrededor del casco.

La idea es mejorar el transporte del exterior al interior a modo de tela de araña. En la actualidad sólo funcionan el circular C5 (Plaza San Francisco-Campana) y la lanzadera desde Ponce de León a la Plaza del Duque. El sistema radial de microbuses que quiere Juan Ignacio Zoido tiene el sello del que implantó Soledad Becerril entre la Puerta de Jerez y la Plaza Nueva cuando restringió el tráfico en la Avenida de la Constitución y aún no existía el tranvía, que llegó con el mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín.