Cierto entrenador de fútbol le llamaría una desaplicación. Un candidato a la Alcaldía, sea del partido que fuere, no debe hablar de legislaturas en el Ayuntamiento, sino de mandatos. Los consistorios no legislan. Y ya casi ni pueden pedir créditos. Juan Espadas, aspirante a gobernar en la Plaza Nueva, incurrió de nuevo en la desaplicación con motivo de su visita a la agrupación centro del PSOE, a la que pertenece desde hace muy poco tiempo. Cuando sus correligionarios advirtieron que venía a pie por la Plaza de San Román se adelantaron para conseguir el efecto gráfico de llegar debidamente acompañado al estilo de Todos los hombres del candidato. "No hacía falta, no hacía falta", exclamó abrumado ante tanta generosidad de Bernardo Bueno y compañía. Un sms había bastado para anunciar su presencia.

Llegó. Trajeado y de cuello abierto. Un camión de mudanza taponaba la entrada a la sede del partido: "Este camión no es mío. Lo aseguro. Yo ya he dicho que me quedo. No me voy a ninguna parte". Y habló. "Esto no es una campaña electoral. En campaña electoral están otros. Soy el candidato para la Sevilla de 2011. Hoy empiezo a escuchar a mis compañeros, a los que me han elegido. Quiero demostrarles que no se han equivocado".

El candidato aún no tiene programa electoral. No lleva ni cuatro días en su condición de propuesto por la comisión ejecutiva provincial a falta del espaldarazo de la ejecutiva federal. "A partir de lo que me digan los militantes socialistas lo iremos configurando. No será sencillo". En el acto estuvo acompañado por militantes históricos como Amparo Rubiales, actual consejera de Estado, y por miembros del primer gobierno municipal de Monteseirín, como el ex edil de Tráfico Blas Ballesteros; del segundo, como la ex concejal de Medio Ambiente Cristina Vega, y del actual, como la concejal de la Mujer, Dolores Rodríguez.

El de ayer fue un día para no eludir las preguntas sobre los asuntos espinosos del actual gobierno de Monteseirín: "Las críticas a los errores en la gestión formarán parte del proyecto. En ningún momento se excluye la autocrítica". Sobre los grandes proyectos de Monteseirín, Espadas instó a saber valorar el "valor añadido a futuro" que tienen. Fijó los deberes que tiene por delante: "Realizar un trabajo de campo consistente en un análisis riguroso del estado de opinión de la ciudad, que va más allá de una opinión que se oye en un autobús o de lo que se lee en un periódico"

Y en su debut en el itinerario por las agrupaciones dejó un mensaje directo al corazón: "Las siglas políticas de los sevillanos están en el centro-izquierda. Los socialistas habremos tenido algo que ver en la valoración que hacen los ciudadanos de la ciudad porque desde 1999 llevamos gobernando la ciudad".

No faltaron nuevos dardos a Zoido. Como el candidato del PP asegura que ya ve la ciudad "con ojos de alcalde", Espadas reitera desde el viernes un mensaje contrario: "Veo la ciudad a través de los ojos de los sevillanos".

Las bandejas de montaditos presagiaban un final salado en la agrupación centro, la que tiene su sede en la calle Sol, frente a la Hermandad de la Cena y junto al salón de celebraciones Nuestra Señora de la Victoria. Será porque Espadas no ha dejado de pedir una campaña sin crispación, pero sin renunciar a las acusaciones de contenido político tanto contra Javier Arenas como con Zoido.