El Pleno de la Cámara de Comercio aprobó ayer por unanimidad instar al gobierno municipal a la paralización "definitiva" de la puesta en marcha del plan de control del acceso al centro, al considerar que se trata de un "abuso" que no cuenta con el apoyo de empresarios, comerciantes, autónomos ni de residentes en la zona.

Según explicó la Cámara en una nota, "no tiene sentido la puesta en marcha de una medida que va a provocar graves pérdidas económicas y la agonía de empresas y comercios ubicados en el centro de la ciudad, junto a la pérdida de innumerables puestos de trabajo". Por este motivo, la Cámara solicita al gobierno municipal la creación de una mesa de diálogo "en la que estén representados todos los sectores implicados que se pueden ver afectados por la puesta en marcha del Plan Centro, al objeto de encontrar soluciones alternativas".

Desde la Cámara de Comercio consideran que "el acuerdo entre las partes es necesario, antes de poner en marcha una medida que provocaría graves perjuicios a las empresas y a los residentes del centro de Sevilla". De otro lado, la sesión plenaria mostró su preocupación por la situación actual por la que atraviesan los Astilleros e indicó la importancia de hacer "los esfuerzos necesarios para que continúe la actividad de una industria que se considera estratégica para el futuro desarrollo del Puerto de Sevilla".

Cuando el plan del cierre parcial del tráfico en el centro entre en vigor, previsiblemente coincidiendo con el plan especial de Navidad, los infractores afrontarán multas de 70 euros. Este plan divide el casco histórico en cuatro zonas -Noreste, Noroeste, Sureste y Suroeste- con varias entradas y salidas cada una, pero todas ellas controladas por cámaras de visión artificial que identificarán las matrículas de los vehículos. Una de las claves principales es que los vehículos no autorizados sólo podrán permanecer en la zona centro un máximo de 45 minutos de 8:00 a 22:00 de lunes a sábados.