UNCANCELLED | CRÍTICA

El mundo es un escenario

Una secuencia del filme.

Una secuencia del filme. / D. S.

El productor, guionista y realizador australiano Luke Eve -triunfador sobre todo con series televisivas tras haberse dedicado a la publicidad y los vídeos musicales- y la actriz valenciana María Albiñana se conocieron en Los Ángeles y decidieron casarse en Valencia el 15 de marzo de 2020. El confinamiento provocado por la pandemia les obligó a suspender la boda y a vivir encerrados en un piso de Valencia con la madre de Luke, que había acudido a la boda desde, literalmente, las antípodas. 

¿Un desastre? No. El hombre tuvo la buena idea de convertir el encierro en una serie grabada con un teléfono móvil y emitirla en Facebook Watch con el título de Cancelled logrando más de tres millones de visualizaciones. Cuando todo pasó la boda debió aplazarse otra vez porque la actriz estaba embarazada. ¿Otro inconveniente? Tampoco. La pareja lo volvió a convertir en una continuación de la anterior, ahora titulada ReCancelled, superando a la anterior con más de seis millones de visualizaciones. Entra las dos sumaron, además de millones de espectadores en todo el mundo, más de diez premios. Visto lo cual decidieron convertir su boda, celebrada en Valencia durante las fallas, en UnCancelled, el largometraje que ahora se estrena.

Los nuevos medios de grabación y difusión de imágenes y el auge de la telerrealidad difuminando los límites entre la realidad y la ficción tienen un buen ejemplo en las dos series y en esta película. Son ellos, por supuesto, y lo que les sucede es real, pero, como ha dicho el director, "María y Luke no somos nosotros, sino versiones de nosotros, escritos y representados para dramatizar nuestra situación y entretener al público de todo el mundo, cada escena está guionizada y basada en nuestras experiencias". Una modesta comedia, simpática dentro de sus limitaciones, que aborda también, quizás como cínica humorada, quizás como una sincera reflexión, quizás como las dos cosas, los problemas de la sobreexposición a través de eso que se ha dado en llamar autoficción. Nunca, como hoy, ha sido tan real aquello de The world is a stage; the stage is a world of entertainment! que cantaban Jack Buchanam, Fred Astaire, Nanette Fabray y Oscar Levant en The Band Wagon.   

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