Hay días marcados. Partidos capaces de cambiar dinámicas o generarlas. Especiales. Y el de esta tarde (20:30) en San Pablo es de esos señalados para el Betis Energía Plus por muchos motivos: estreno en casa como verdiblanco, el primer contacto con una afición remozada, ante un rival, en principio, directo como el Manresa y con la posibilidad de firmar, en caso de ganar, el mejor arranque de temporada en 13 años al inicio de un curso especial por muchos motivos.

El triunfo de los de Zan Tabak en Madrid frente a Estudiantes ya está en el zurrón. Queda uno menos para alcanzar la primera meta: las 12 victorias que suelen marcar la salvación. Cierto es que el técnico croata ha repetido que de partida no renuncia a nada, claro, pero tampoco quiere hablar de ello. Su obsesión, ahora, es el Manresa. Mañana, el Iberostar Tenerife. Paso a paso. Porque el técnico, viejo zorro, sabe que los 95 puntos anotados ante Estudiantes no será una norma habitual. Por eso es clave no fallar en estos duelos ante iguales, pues, aunque el cuadro catalán viene de perder por 50-56 ante el Barcelona, será el de esta noche un encuentro que sirva para calibrar a los de Ibón Navarro, un conjunto duro en defensa que ha vuelto a reinventarse.

Ganar, por mucho que la campaña acabe de empezar, es importante. Siempre suma, pero cuando han pasado tantas cosas en torno a la entidad hispalense desde este verano aún lo es más. Es el momento de enganchar a más público. Ya se han superado los 3.600 abonos y el reto es alcanzar los 4.000. Y para ello mostrarse como un conjunto ganador, que compite en cada choque y que los jugadores lo den todo por su camiseta es fundamental. Pero también es el momento de ilusionar. De dejar atrás dinámicas perdedoras en las que se miraba más abajo que a la zona noble. ¿Por qué no? Aíto García Reneses lo consiguió con un grupo de niños y un par de veteranos que ponían sentido al juego. No hay tanta juventud, pero sí calidad, ganas y un técnico también con las ideas claras para lograrlo. Pero para ello no se puede fallar en días señalados como el de hoy.

Aspirar a algo más que no padecer apuros pasa por no dejarse sorprender en casa ante conjuntos a los que se le puede ganar. Pero ojo. Sin confianzas. Porque en sus dos últimas visitas los manresanos salieron de Sevilla vencedores y el Betis aún está en rodaje. Stojanovski y Lorbek apenas llevan dos semanas de trabajo de verdad con sus compañeros y Alfonso Sánchez será duda hasta última hora por sus problemas en la mano derecha. No es cuestión de arriesgarlo. Llegará casi seguro para la semana que viene ante el Zaragoza, pero con dos encuentros tan juntos (el domingo el equipo juega en Tenerife) puede que hoy se reserve aún. Que Nachbar y Zoric sigan en estado de gracia sería una garantía, pero son veteranos que si juegan cada día 30 minutos se fundirán pronto. Hay que mimarlos.

El Manresa, con ocho caras nuevas en su plantilla, sigue buscándose. El 1/24 en triples del primer partido liguero es sólo un dato, no una referencia. El día que entren todo cambia. La pasada campaña los de Ibón Navarro hicieron en San Pablo un 16/29 en tiros desde más allá de la línea de los 6,75 metros que fundieron al todavía Baloncesto Sevilla con un Grigonis estelar (5/5). Ya no está el lituano, al que tendrán enfrente el domingo, pero sí un Scott Suggs llamado a ser la referencia exterior, el polivalente Pere Tomàs o el serbio Petar Aranitovic. Más problemas tiene el equipo catalán en la dirección, pues ni el joven Lluis Costa ni el novato Aleksandar Cvetkovic son hombres llamados a marcar diferencias como sí pueden hacerlo Radicevic o Chery. Por dentro, dependiendo del estado de los Triguero o Milosevic, el juego interior local debería imponerse. Auda ya demostró el año anterior que puede sumar, pero ni Cakarun ni Andric, que se pasó toda la campaña 2015-2016 en blanco lesionado, deben imponerse a los Nachbar y Zoric, que tienen que tirar de nuevo del carro para lograr el segundo triunfo y animar a propios y extraños a seguir a este nuevo Betis Energía Plus.