fútbol - Segunda División B

Cuestión de aptitud

  • Nuevo revés de un filial que necesita fichajes con urgencia.

Mucho trabajo tiene por delante José Antonio Gordillo, coordinador de la cantera, y su grupo para recomponer a un filial que está pagando las consecuencias de una pésima planificación, en verano, con una plantilla corta, llena de innumerables defectos y a la que le urgen una serie de refuerzos para no caer al pozo de la Tercera. Sin duda, eso sería un fracaso para el club, después de la apuesta tan importante que está haciendo con el proyecto Heliópolis.

La falta de aptitud en el segundo equipo es evidente, empezando por la portería, pasando por la defensa y el centro del campo, y acabando en la delantera. Y es que el equipo necesita fichajes en todas las líneas, pues ha quedado claro que el cambio de entrenador no ha supuesto un revulsivo. Vidakovic tuvo su cuota de culpa en la planificación, y el club decidió destituirlo y apostar por Puma. Por eso, echar a éste sería lo más fácil, pero no lo acertado, pues el problema está en los mimbres que tiene el ribereño.

El partido de ayer ante el San Roque fue un calco del resto de encuentros jugados por el cuadro verdiblanco, que volvió a pagar caros sus errores individuales. Y eso que Querol adelantó, de penalti, a los anfitriones en el minuto uno, pero el equipo lepero aprovechó un fallo de Bernabé para empatar por medio de David Agudo, volteando el marcador con un tanto de Cuero tras una sensacional jugada de Mustafá al filo de la media hora de juego.

Con el 1-2 se llegó al descanso, y en la reanudación se pasó del posible empate al 1-3. El árbitro no señaló penalti en un derribo del meta Sergio sobre Álex Alegría en el 57, y en la jugada siguiente lo señaló a favor de los aurinegros, transformándolo David Agudo.

A raíz de ahí, el Betis B lo intentó y pudo acortar distancias, pero Querol falló una pena máxima que acabó con la expulsión de Álvaro Vega, en el 71. El ímpetu de los verdiblancos, que pudieron empatar en un seco disparo de Nono al travesaño, dio su fruto con el gol de Súper en el 89, aunque el San Roque, incluso, pudo hacer el cuarto si el colegiado hubiera señalado otro penalti por derribo de Bernabé sobre David Agudo. Triste final para un filial que se desangra.

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