La junta de accionistas del Betis, celebrada ayer en Sevilla, será impugnada por irregularidades en su convocatoria, según confirmó a Europa Press Manuel Serrano, miembro de la asociación 'Béticos Por el Villamarín' (BPV), plataforma opuesta a la gestión del consejero delegado y máximo accionista, Manuel Ruiz de Lopera, que ha presentado unos beneficios de 33 millones de euros, derivados de los traspasos de Joaquín y Oliveira.

Tal y como se temía, la junta, a la que no se le permitió asistir a la prensa, culminó en un ambiente de crispación e incluso, según indica el propio Serrano, rodeada de "insultos, amenazas y coacciones" hacia la oposición. Varios aficionados radicales del gol sur impidieron en todo momento que los discrepantes pudieran ejercer su lícito derecho a tomar la palabra y expresar sus opiniones en el órgano de gobierno de la entidad de la que son socios, e incluso llegaron a proferir amenazas contra algunos discrepantes.

Estos seguidores entraron en la junta en calidad de "invitados", y abuchearon a los opositores cuando intervenían ante los asistentes. Incluso la Policía, presente en el hotel donde tenía lugar el acto, decidió hacer acto de presencia en determinados momentos para calmar los ánimos.

Ello no ha evitado que la oposición deje claro que esta junta no tendrá validez. "En la primera intervención realizada por parte de nuestro grupo ya hemos dicho que vamos a impugnar esta junta por irregularidades en su convocatoria", recalcó Manuel Serrano.

El portavoz de BPV, Emilio Soto, ha abandonado incluso la sala para llamar a la Policía tras, indicó, recibir amenazas de muerte. Otra asociación opositora, 'Por nuestro Betis' (PNB) ha exigido la dimisión del presidente bético, Pepe León. No menos importante es que el notario presente en la sala, a instancias de la oposición, ha advertido que recogerá en acta los insultos que se han producido en esta junta.

El remate de esta situación tan tensa llegó, justo antes del capítulo de ruegos y preguntas, con un vídeo laudatorio que recrea, de forma peculiar, la 'salvación' del Betis por parte de Lopera, a raíz de su conversión en sociedad anónima, en 1992, que provocó la salida de la sala por parte de los opositores.