El 23 de junio de 2007 Antonio Puerta levantaba la Copa del Rey. Un título, como los dos de la UEFA, la Supercopa de España y la de Europa, suyo por derecho, ganado con el máximo esfuerzo y disfrutado con la mayor ilusión. Ahora, la segunda Copa del Rey del Sevilla en este siglo también es suya con el mismo derecho que la anterior, porque ésta es la Copa de los canteranos para otro canterano.

El niño que llegó por un puñado de balones procedente del Nervión se hizo futbolista en la carretera de Utrera, como Jesús Navas y Diego Capel, dos amigos que, con sus goles, por fin pudieron señalar al cielo para dedicar al que fue su compañero de batallas un título. "Esta Copa es suya", afirma el jugador de Los Palacios, deseoso de poder brindar al 16 un gran triunfo. Desde aquel fatídico día de agosto de 2007 muchas fueron las dedicatorias, desde ramos de flores en el césped del Sánchez-Pizjuán a goles y clasificaciones para la Liga de Campeones, pero nunca un título. Por eso, éste es especial para la plantilla sevillista y para dos jugadores que compartieron con el malogrado futbolista el vestuario de la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios desde muy pequeños.

Sobre todo el precoz extremo diestro, siempre adelantado a su edad, que coincidió con Puerta en las categorías inferiores derramando lágrimas desde muy pequeños. Incluso dio el salto al primer equipo antes que el defensa, pero fue cuestión de unos meses que ambos coincidieran, de la mano de Joaquín Caparrós, en Primera División.

"Siempre lo tenemos presente en todo instante, cómo no en un momento de felicidad como éste", decía el de Los Palacios durante los fastos de estos días. Ahora, después de tres años, la Copa del Rey está de nuevo a los pies de Puerta. Y no fue fácil. No sólo porque en octavos de final se metiera por medio el Barcelona de Guardiola o porque en la final estuviese delante el campeón de la Liga Europa. No, uno de los problemas es que por unos minutos la estatua del lateral situada a las puertas de la ciudad deportiva no tenga encima a un niño pequeño o un aficionado más mayorcito inmortalizándose en una fotografía junto al futbolista que, por desgracia, se convirtió en leyenda. Se logró, pero todos, el trofeo incluido, tuvieron que salir de un coche para regatear a los cientos de aficionados que ayer se dieron cita en las instalaciones sevillistas.

Jesús Navas y Diego Capel, dos canteranos, junto al presidente, José María del Nido, no dudaron en brindarle al mito su sexto título. "Teníamos que traer la Copa a Sevilla por Antonio. Este éxito es tan nuestro como suyo y por eso le traemos la Copa a sus pies", indicó Diego Capel, que no dudó en hacer un guiño al cielo del Camp Nou después de marcar su primer tanto el miércoles: "Es imposible olvidarlo y siempre estará en nuestros corazones".

Puerta es mucho más que un mito. Es la imagen que une a todo el sevillismo y en el rostro de sus compañeros y amigos se refleja la emoción a la hora de hablar de él. Es una huella profunda e imborrable para todos los que convivieron a su lado y los que disfrutaron con su fútbol, y por eso el destino puso en las botas de dos canteranos, dos amigos, el sexto título para este Sevilla; el sexto título para Puerta.