No hay que ocultar, por mucho que se dijera en la previa que el Manresa era un lobo con piel de cordero, que la derrota del jueves en el estreno del Betis Energía Plus en casa fue un palo. Nadie dijo que sería fácil, pero la mayoría, en su fuero interno, contaba con ganar con más o menos sufrimiento. Por eso la visita a Tenerife para medirse a un Iberostar que ha saldado sus dos primeros partidos con trabajadas victorias se afronta ahora de una manera distinta. Por decirlo de alguna forma, y sin olvidar que no es más que la tercera jornada del campeonato, con una mayor necesidad.

Y es que si no quiere verse tan pronto el equipo con un balance negativo, los de Zan Tabak tendrán que lograr algo que el conjunto hispalense no hizo ni a las órdenes de Aíto García Reneses ni a las de Javi Carrasco, que tomó las riendas tras la destitución de Scott Roth, ni con Luis Casimiro al frente: ganar en el Santiago Martín. Desde que el conjunto insular volviese a la ACB en la temporada 2012-2013 el cuadro hispalense no ha hecho más que tropezar en La Laguna, por lo que la empresa no será fácil, sobre todo teniendo que medirse a un conjunto que vive instalado en un estado de euforia tras llevarse el derbi canario en el debut liguero y superar el viernes al Obradoiro.

Para ello será fundamental la regularidad. Toda la que le faltó ante el Manresa. No se puede ganar jugando a tirones, a rebufo de las canastas de uno u otro que tenga un ratito de inspiración y sin la necesaria agresividad defensiva para hacerle ver al rival que tendrá que sudar sangre para meter una canasta. Auda, Andric, Aranitovic o Pere Tomàs anotaron el jueves con extrema facilidad. Preocupante, especialmente, fue la facilidad con la que los pívots se plantaban casi bajo canasta sin apenas oposición y eso habrá que cambiarlo ante un conjunto con una batería interior mucho más potente comandada por Fran Vázquez y bien secundado por jugadores duros y peleones como Bogris, Hanley, Doornekamp y Abromaitis. Mucho y bueno, por lo que Zoric deberá cuidarse de no cargarse de faltas tan pronto como le ocurrió ante los manresanos y Triguero y Milosevic deberán dar un paso adelante y no ser meros relevos para que el mencionado Zoric y Nachbar cojan algo de aire en el banquillo.

Pero no acaban ahí las preocupaciones de los verdiblancos, ya que Txus Vidorreta ha armado un equilibrado plantel capaz de desarmar a su oponente también por fuera con un Beirán en estado de gracia y un Grigonis que se crece siempre ante el conjunto sevillano, por el que estuvo en su día cerca de fichar. Richotti, máximo anotador la campaña pasada, sigue lesionado (no se le espera hasta dentro de un mes por su fractura en el pulgar de la mano derecha), por lo que tendrán que redoblar esfuerzos. Si se aplican atrás, los exteriores béticos pueden decantar el encuentro a su favor. Stojanovski es un peligro latente, pero necesita sentirse importante y jugar más de 30 minutos por partido y tener licencia para tirar; Lockett despertó ante el Manresa, aunque debe aparecer de manera más regular, mientras que Lorbek y el recuperado Alfonso Sánchez deben elevar un nivel defensivo y una intensidad atrás, sello que quiere Tabak, que aún no ha aparecido.

Para ello, sin embargo, es necesario que alguno de los bases sea capaz de gobernar el choque. Faltó eso (entre otras cosas) frente al Manresa, que se aprovechó de una debilidad peligrosa si Radicevic no recupera el tono, ya que Chery es más anotador que director. Eso sí, la capacidad de darle una marcha más al Betis en determinados momentos puede servir ante dos directores de juego veteranos.

Contra el Estudiantes fue la capacidad ofensiva del equipo la que marcó diferencias y sin ella cantó la gallina en San Pablo, que fue tomado por el Manresa. Capacidad y determinación en ambos lados de la pista serán necesarias hoy ante un Tenerife que viene de dejar al Obradoiro en 55 puntos y de lograr antes 92 en el Gran Canaria Arena, demostrando que puede encarrilar sus partidos bien desde la defensa o bien desde el ataque.