Medidas alternativas al ingreso en prisión

Trabajos en beneficio de la comunidad: Compensar a la sociedad por el delito causado

Antonio (nombre ficticio) realiza trabajos en beneficio de la comunidad en la biblioteca de Montequinto

Antonio (nombre ficticio) realiza trabajos en beneficio de la comunidad en la biblioteca de Montequinto / José Ángel García

Él es un joven que un día tomó una mala decisión. No tenía puntos suficientes en el carnet, pero cogió el coche y terminó delante de un juez. Aquí tuvo que elegir de nuevo: o el pago de una sanción o devolver a la sociedad parte del daño causado por el delito y realizar 33 horas de trabajo en beneficio de la comunidad. Puede llamarse Juan, Manuel o Luis y puede tener 20, 30 o 60 años: le llamaremos Antonio para preservar su identidad. No hay un perfil concreto para los penados que se acogen a las medidas alternativas, aunque la mayoría son hombres y provienen de delitos contra la seguridad vial,un 49,6%, con cierto repunte de los que llegan a ella de procesos por violencia de género, un 27%.

Ahora se alegra de la decisión tomada. Está en la biblioteca de su barrio, Montequinto, "bueno, no solía venir mucho por aquí", reconoce. Estos días está empezando a estampillar los libros y colocarles los tejuelos. "A muchos de los que hemos tenido aquí, han descubierto entonces la biblioteca y siguen viniendo a las actividades que organizamos con sus familias o incluso se han convertido en socios y tienen su carnet", explica María José Gámez, directora de la biblioteca Miguel Delibes.

La directora del CIS Luis Jiménez de Asúa, Mercedes Moreno, explica que cuando llega al centro el testimonio de sentencia , se cita al penado y se propone el plan de actuación, "unas veces se lo proporcionamos nosotros y otras no lo traen ellos". El CIS trabaja a través de convenios con varias entidades y ayuntamientos como el existente con el de Dos Hermanas. "Normalmente, nos indican las características que deben tener los penados y, tras una entrevista previa, comienzan los trabajos en beneficio de la comunidad". Un servicio que, lógicamente, no está retribuido aunque el usuario sí está asegurado en previsión de posibles accidentes en el desempeño de su función.

Antonio, colocando libros en las estanterías Antonio, colocando libros en las estanterías

Antonio, colocando libros en las estanterías / José Ángel García

Cuando Antonio llegó la biblioteca de Montequinto lo primero que hizo María José Gámez, su directora, fue entrevistarlo. " Nunca pregunto por qué los han mandado aquí. Sí hay una cuestión común que suele dejarlos un poco fuera de juego: ¿te sabes el alfabeto?. Es simplemente por la ordenación de los libros". La biblioteca municipal Miguel Delibes de Montequinto, en Dos Hermanas, lleva nueve años colaborando con en CIS. De hecho, el ayuntamiento nazareno es uno de los más activos en este sentido. "Que alguien esté realizando trabajos en beneficio de la comunidad aquí, no significa que tenga más personal, porque ellos vienen unas horas señaladas al día o un día en semana, no cubren un puesto de trabajo. Eso sí, cuando están permiten que nos podamos centrar en otros aspectos de la biblioteca como organización de actividades, etc.", afirma María José Gámez.

"Reparar"el daño causado

Antonio va a la biblioteca una vez por semana, el día de descanso en su trabajo. El cumplimiento de los trabajos en beneficio de la comunidad son un ejemplo de conciliación. Se intenta que el penado pueda compaginar el servicio con la vida laboral. Él tiene que cumplir 32 jornadas. "En el colegio no quería coger los libros y aquí estoy muy bien entre ellos. En cierto modo, estoy ayudando a que mis vecinos encuentren el libro que necesitan cuando vengan a la biblioteca".

Como en todo, los trabajos en beneficio de la comunidad tampoco se libran de los estereotipos de Hollywood. "Esperaba verme barriendo las calles o limpiando carreteras y parques", cuenta.  Pero lo más importante de todo es lo que Antonio ha sacado en conclusión de todo esto. "Todo esto me ha servido para recapacitar. Sabes que has cometido un fallo, porque eres consciente de lo que estás haciendo ahora y por qué". Como asegura, "las personas se pueden equivocar u tener un desliz, y tener la oportunidad de, en cierto modo, repararlo, es importante".

Seguimiento de las jornadas

"La entidad realiza el seguimiento y si existe algún problema, lo comunica al centro, que es quien interviene en estos casos. El cumplimento de la pena es nuestro trabajo y el seguimiento de su realización, a la entidad", explica Mercedes Moreno. "Hay un falso mito que con el paso del tiempo se ha conseguido desterrar y es que los trabajos en beneficio de la comunidad no se cumplen. Ahora ya saben que sí", añade la directora.

Una vez que el penado admite el trabajo en beneficio de la comunidad, "llegan con buena predisposición a la institución, sobre todo se parte de la base de que quien asumen esta medida alternativa a la prisión ha expresado su consentimiento", afirma Mercedes Moreno.

Colaboración de instituciones

Elisa Puente, subdirectora de la Unidad de Madres añade que este tipo de penas redundan en beneficio de la sociedad, "por lo que es obligación de todas las administraciones ofertar plazas. Con la pandemia hemos perdido muchas plazas de instituciones para los trabajos en beneficio de la comunidad y estamos trabajando en convenios con ayuntamientos e insttuciones para aumentar el número de entidades colaboradoras. Necesitamos más plazas para trabajos en beneficio de la comunidad en Sevilla".

En 2021, desde el CIS Luis Jiménez de Asúa se tramitaron 3.284 mandatos judiciales de trabajo en beneficio de la comunidad y 477 suspensiones de ejecución "y hasta este mes de marzo llevamos 780 expedientes de trabajo en beneficio de la comunidad y 100 suspensiones de condena", explica la subdirectora. Además de la gestión de estas medidas alternativas, el centro promueve programas formativos relacionados con la tipología del delito.

En el Centro de Inserción Social se cumplen las condenas de tercer grado y de él depende la unidad de madres y el servicio de gestión de penas y medidas alternativas.

En 2021, la Administración Penitenciaria española gestionó 132.987 mandatos judiciales de penas y medidas alternativas al ingreso en prisión. En el último trimestre han sido 4.278 en Andalucía.

Este volumen ha llevado al impulso de talleres y programas  de tratamientos específicos para abordar las tipologías delictivas más habituales en este ámbito: las relacionadas con violencia de género y seguridad vial.

En cuanto a otra de las medidas orientadas a la inserción, la justicia restaurativa, estos talleres y programas  se han consolidado en 34 centros penitenciarios, 12 centros de inserción social y 51 servicios de gestión de penas y medidas comunitarias. 1.564 penados han participado en este tipo de intervenciones en toda España.

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