La Guardia Civil ha desmantelado cuatro clanes familiares que se habían asociado para distribuir tabaco de contrabando en las comarcas de la Campiña y la Sierra Sur de Sevilla. La operación, denominada Filtrus, se ha cerrado con 19 personas detenidas y dos más investigadas, así como el decomiso de 367.560 cajetillas de tabaco de distintas marcas. La mayoría de esta mercancía había entrado en España por Gibraltar, sin el precinto fiscal correspondiente, aunque también se investiga una partida de tabaco falsificado.

La investigación se inició el pasado mes de abril, según detalló ayer en una rueda de prensa celebrada en la comandancia de Sevilla el teniente coronel de la Guardia Civil Paulino Ramos. Todo comenzó a raíz de una serie de denuncias de los estanqueros de la provincia de Sevilla, que habían mostrado sus sospechas por la existencia de una organización dedicada al contrabando de tabaco que operara en la Campiña, dada la importante caída de la venta legal en esta comarca. A partir de ahí, la Guardia Civil puso en marcha una primera intervención que se saldó con la requisa de 1.780 cajetillas en Morón de la Frontera.

El tabaco incautado expuesto por la Guardia Civil

Esto hizo a los investigadores confirmar las sospechas de los estanqueros. Había indicios para pensar que un grupo organizado se estaba dedicando a introducir tabaco ilegal, que se vendía principalmente en quioscos, panaderías, fruterías, tiendas de alimentación y ultramarinos, bares y negocios regentados por ciudadanos chinos, aunque también a veces puerta a puerta y en pisos convertidos en estancos clandestinos.La investigación de este primer alijo llevó a los guardias civiles hasta una familia de Utrera, que movía todo el tabaco de contrabando en esta ciudad pero también lo hacía por localidades como Paradas, El Saucejo y Montellano. Se preparó entonces una gran operación en la que han participado más de cien agentes, coordinados por la compañía de Osuna, y que dio sus frutos el pasado martes, cuando fueron detenidas 19 personas y se practicaron 17 registros. Diez de ellos fueron simultáneos y el resto tuvieron lugar más tarde por tratarse de segundas residencias o lugares utilizados para almacenar el tabaco, las conocidas en el argot policial como guarderías.

Un momento de la rueda de prensa, con el tabaco incautado amontonado detrás

En esos registros se dieron algunas anécdotas curiosas. Un guarda forestal llegó a negar ante los agentes que el tabaco hallado en su casa fuera suyo, después de haber pedido ver la orden judicial que autorizaba la entrada y registro en su domicilio. Otra mujer pidió a los guardias civiles un momento para sacar a los niños de su vivienda, alegando que era una situación algo desagradable para los menores. Cuando salía con los pequeños, llevaba una mochila que los agentes le indicaron que no podía sacar de la casa. En el interior había 19.000 euros en efectivo. Algunos de los arrestados se encontraban en situación de desempleo y cobrando la prestación como tal. Sin embargo, movían en sus cuentas corrientes cantidades superiores a los 50.000 euros, habían comprado fincas y se estaban construyendo piscinas.

Hubo nueve registros en Morón de la Frontera, tres en Utrera, otros tres en Marchena, uno en Arahal y otro en Paradas. Las detenciones se reparten de la siguiente manera: ocho arrestados y dos investigados en Morón, cinco detenidos en Marchena, tres en Utrera, dos en Arahal y uno en Paradas. A todos ellos se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, contrabando y blanqueo de capitales. El juzgado encargado del caso es de Instrucción número 1 de Morón de la Frontera, que ha decretado la puesta en libertad provisional con cargos de todos los detenidos.

Un agente de la Guardia Civil muestra parte de la mercancía

El valor del tabaco incautado supera el millón y medio de euros. Además de esta mercancía, se han decomisado 101.005 euros y nueve vehículos que se utilizaban para el transporte del tabaco. Los detenidos pertenecen a cuatro clanes familiares distintos de Morón, Marchena, Arahal y Utrera y muchos de ellos tienen antecedentes por contrabando.