Tras cuatro años de éxitos y buen fútbol con Ernesto Valverde en el banquillo, en su segunda etapa en el Athletic, los dirigentes vizcaínos optaron por la línea continuista de ascender al entrenador del filial, un Cuco Ziganda al que le está costando cogerle el aire al equipo. Con el borrón de la Copa del Rey, en la que fue eliminado por el Formentera, y con dificultades en la Liga Europa, donde sí acabó clasificándose, el Athletic acumula cinco encuentros sin perder en la Liga, con cuatro empates y una victoria, y con una línea de juego que parece ascendente pero que no se acaba de plasmar en los puntos.

Ziganda ha pretendido construir un bloque desde la solidez, con una preminencia de los factores defensivos, de ahí que le haya costado generar fútbol, algo en lo que también ha influido las lesiones de Muniain, en su mejor momento de los últimos tiempos, y Beñat, recién recuperado de una operación de pubis.

Sin balón

El Athletic posee un físico poderoso. Los centrales -Unai Núñez y Laporte-; Iturraspe y Vesga, en la medular; Raúl García y Aduriz, en la zona ofensiva. Con esa columna vertebral, los de Ziganda suelen optar por el repliegue, aunque las manifestaciones de esta semana indican que adelantarán la zona de presión, con un Mikel Rico que sí tiene ese dinamismo para recuperar balones.

Con todo ese poderío aéreo, el Athletic sí concede ocasiones en las acciones de estrategia por errores de concentración. Así lo eliminó la Formentera y así lo igualó el Deportivo.

La ausencia de Kepa en la portería otorgará la titularidad a Herrerín, un viejo conocido de Jon Pascua, preparador de porteros del Betis, que lo entrenó durante su etapa en los escalafones inferiores del Athletic.

Con balón

La presencia de Mikel Rico ha variado la fisonomía del Athletic. Ziganda no encontraba repuesto a la baja de Muniain cuando también perdió a Beñat, lo que le abrió la puerta del once a canteranos como Íñigo Córdoba. Pero ha sido el centrocampista de Arrigorriaga quien le ha dado un cambio a la medular rojiblanca. Asociándose con Susaeta, un viejo rockero, Raúl García y el propio De Marcos, irregular en esta temporada debido a las continuas lesiones, el Athletic ha dado un paso adelante en su juego con la pelota, algo que agradecen sus delanteros.

El mayor peligro del Athletic continúa apellidándose Aduriz. El ariete, a sus 36 años, mantiene sus habituales citas con el gol, con esa pareja que forma junto a Raúl García que tanto incomoda a las defensas rivales. Si Williams actúa de titular, los de Ziganda también ganan en velocidad para el contragolpe, aunque el joven delantero tampoco acaba de hallar su mejor forma.

Lo mejor

Ofrece la sensación de haber dado un paso adelante con la idea de Ziganda, tanto en la solidez atrás como con la pelota.

Lo peor

Los errores de concentración en la defensa. Sin Balenziaga pierde a un fijo del lateral izquierdo.