La voz de la experiencia | Rafael Molina. Abogado

Añoranza de un pasado mejor

  • Fue uno de los responsables del éxito de Los Esplendores

  • Ha sido delegado del Jueves Santo y responsable de seguridad y coordinación del Consejo

  • Advierte del populismo que hay en la Semana Santa

Amante de las cofradías desde la cuna, Rafael Molina es un cofrade clásico, ortodoxo. Su vida cofradiera la ha ejercido entre las Penas de San Vicente, donde ha ocupado diversos cargos en su junta de gobierno, entre ellos prioste o teniente de hermano mayor; y la sacramental de la Magdalena, en la que ha sido hermano mayor y actualmente es teniente en la junta que preside José Roda. Perito agrícola y abogado de formación, también es hermano del Valle, el Silencio, el Gran Poder, los Estudiantes y la Virgen del Amparo. Ha sido delegado de Glorias en el Consejo de Cofradías con Luis Rodríguez-Caso; y delegado del Jueves Santo, más recientemente, con Manuel Román. Entre sus obligaciones, ha sido responsable de la seguridad y coordinación en la institución cofradiera.

Este vecino de la collación de la Magdalena, con un amplio bagaje y experiencia en el gobierno de las cofradías, asiste atónito a los debates que se producen para reformar la Semana Santa. Descarta que sea necesaria una revolución en la carrera oficial, como se anuncia, y se muestra pesimista de cara al futuro: "Está todo desbordado. Habría que volver 30 años atrás". El cambio del recorrido común de las hermandades, por ejemplo, no lo ve en absoluto necesario: "Es perfectamente asumible. Se habla de la calle Sierpes, pero nunca ha ocurrido nada. Sí es verdad que muchas cofradías aprovechan en este punto para correr y recuperar tiempo. Eso sí puede ser un peligro si un paso arrolla a alguien". Para que las hermandades cumplieran con sus horarios en el mandato de Luis Rodríguez-Caso, se puso un control a la altura el Mercantil. "Era práctico. Tenía su utilidad".

Rafael Molina ha sido hermano mayor de la Sacramental de la Magdalena

Sí se muestra más partidario de pedir unos años de antigüedad en las hermandades para poder salir de nazareno, más que de imponer alguna otra limitación. En cualquier caso, advierte que no sólo ha crecido el número de nazarenos: "Las cofradías van excesivamente despacio. Antes los pasos iban sobre los pies en determinados momentos, luego andaban a un ritmo normal. Hay un exceso de exhibicionismo". Como consejero que fue de Rodríguez-Caso, "que tenía una personalidad arrolladora", echa en falta actualmente esa autoridad en la clase dirigente cofradiera y lamenta que se busque siempre un "absurdo consenso cogido con pinzas". "No soy nada optimista de cara al futuro. Estamos dando paso a un populismo dentro de las hermandades que es muy peligroso".

Como responsable de la seguridad y coordinación en el último mandato de Manuel Román vivió la reforma de la Avenida. Un día se topó con una obra que pudo poner en jaque toda la Semana Santa de aquel año: "Camino del juzgado vi que estaban colocando en la esquina de San Gregorio unas peanas para unas farolas. Me di cuenta que por allí no iban a caber los pasos. Rápidamente llamé a Gonzalo Crespo (delegado de Fiestas Mayores). Por la tarde fuimos con él, el alcalde y el director del Metrocentro. Medimos y comprobamos que no cabían los pasos. Las farolas se pusieron en la pared porque sino hubiéramos tenido un buen problema el Domingo de Ramos".

Los sucesos de la Madrugada de 2000 los vivió en primera persona como diputado del cortejo litúrgico de la Virgen de la Concepción. El susto fue mayúsculo. "Estaba el paso parado para encarar la puerta y entrar. Se escuchó un tumulto y un ruido espantoso. Nos arrollaron. Cuando la gente se retiró vi a un grupo quieto con ropa deportiva y uno portaba algo en la mano". Molina lo tiene muy claro. El problema no es otro que la falta de conciencia y mala educación y señala la falta de armonía existente entre la seguridad y las cofradías: "Los pasos siempre han ido con bulla y siempre se ha sabido estar en ella".

Uno de los recuerdos más bonitos que atesora es la organización de la muestra Los Esplendores, en 1992. Tuvo una responsabilidad directa en la exposición dedicada a las Glorias. "Fue un éxito rotundo. Estuvimos trabajando desde tres años antes. Algunos compañeros de la junta superior se mostraban incrédulos con aquello, pero fue un acicate para nosotros". Nunca se le olvidará la visita que una tarde hizo junto a Luis Rodríguez-Caso a El Corte Inglés para solicitar colaboración para el proyecto. El director en Sevilla era Javier Peinado. Se presentaron en las oficinas del Duque sin cita: "Nos hizo pasar enseguida y nos comentó que tenía clavada una espinita con la Semana Santa de Sevilla". El motivo era por uno escaparate que se montó unos años antes con unos cuernos de toro de los que colgaban unas mantillas. Aquello causó cierta controversia en la ciudad. "Le planteamos nuestra idea. Queríamos hacer un recorrido señalizado entre la Plaza de San Francisco, donde estaban Los Tesoros, y el Salvador. Nos dijo que sin problemas. Yo añadí que las imágenes de gloria se iban a trasladar en parihuelas y que necesitarían unas peanas. 'Hecho', respondió. Además, nos dieron una aportación económica. Esta época fue muy bonita".

Como cofrade incansable rememora aquellos Domingos de Ramos con la Hiniesta de regreso por Santa Isabel de finales de los 80: "Éramos 14 ó 16 personas. Llevaban los pasos hasta la puerta del convento y allí una monja le cantaba una saeta desde la celosía". No se pierde los regresos a sus templos de cofradías como los Panaderos o la Bofetá y recomendaría a todos los sevillanos contemplar a la Hermandad del Silencio dentro de la Catedral.

Desde los tiempos de José María O'Kean como hermano de mayor del Valle es el encargado de fundir la candelería del paso de palio. La replanteó, igual que la de la Virgen de la Concepción del Silencio, para darle su particular disposición. Cada año acude a la llamada de los priostes para funcir la candelería de la Virgen del Valle. " El sábado previo al Domingo de Pasión es uno de los momentos más bonitos para mí", concluye.

En el recuerdo

Rafael Molina junto a la Virgen del Valle. Rafael Molina junto a la Virgen del Valle.

Rafael Molina junto a la Virgen del Valle.

Otoño de 2002. Rafael Molina aparece fundiendo la candelería de la Virgen del Valle en octubre de 2002 para un momento muy especial: la coronación canónica de la Dolorosa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios