Contrapunto

Música, cofradías y política

LAS bandas de música antes del covid sufrían problemas como no contar con sedes para ensayar, ser utilizadas como tocadiscos incansables que debían tocar sin parar durante procesiones cada vez más largas, estar bajo órdenes de fiscales de música que les imponían repertorios no siempre adecuados, no contar con ayudas económicas para compras de instrumentos y uniformes, etcétera.

Con el covid, además de lo anterior, se han dado cuenta que a la hora de la verdad no pueden depender exclusivamente de los ingresos que reciben de las procesiones, que no cuentan con un marco legal adecuado para recibir ayudas económicas, y que son entidades individualistas que no tienen ninguna fuerza para ser oídas como instituciones aisladas.

Ha llegado la hora de la Federación Andaluza de Bandas de Música no profesionales, Federband. Las bandas de música han de tener asesoramiento legal y fuerza colectiva para conseguir ayudas de las instituciones públicas. Solo unidos pueden mejorar. Federband Andalucía ha conseguido en muy poco tiempo asociar a 600 bandas de música que atienden a 120.000 músicos y en cuyas escuelas de música instruyen a 50.000 alumnos. Unidos pueden demostrar la labor social y cultural que realizan, y pueden valorar la riqueza económica que crean. Con estos números, que serían mayores si todos se asociaran, tendrán que ser oídos por las administraciones públicas y podrán conseguir mejoras en todos los sentidos.

Los partidos políticos tendrán que tener en cuenta a esta enorme masa social. Las bandas de música necesitan ayuda económica y además tienen que regularizar el marco legal en el que como instituciones culturales sin ánimo de lucro reciben dineros. Necesitan regularizar las condiciones laborales de todos aquellos que trabajan para estas formaciones y que a pesar del buen interés de todas las partes se ven obligados a formar parte de lo que llamamos economía sumergida.

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