Contrapunto

Música infinita y gratis

  • Músicos que revientan y que a medida que pasan las horas comienzan a bajar de calidad, los más brillantes ya no están para ayudar

Un músico en una procesión de Semana Santa.

Un músico en una procesión de Semana Santa. / D. S.

EL ímpetu renovador lleva a contratadores y contratados a veces a arriesgadas decisiones. Llega la nueva junta de gobierno que se propone ahorrar dinero en la música. Creyendo que inventan algo prescinden de la capilla musical que habían contratado durante años, y de la banda de música que nunca les falló, y hasta del coro de la función principal. “Qué sí hombre, que la banda tal es muy buena y viene más barata y nos pone la capilla gratis”, dice el entendido de turno generador de energía de los recién llegados al poder. Al otro lado el atrevido maestro de banda que se postula como el nuevo gurú de los negocios y presenta a su formación como la más competitiva del mercado: “Por el mismo precio te ponemos la banda tras la Virgen, y te regalamos la música de capilla para el misterio y la banda para el pregón de la hermandad. Y además, tocaremos todas las marchas que tengáis dedicadas así sean compuestas por Pedrito Gotera que ha realizado varios cursos online de composición, de dirección de orquesta y de cirugía cardiovascular”. El enterado de turno, portavoz de la hermandad, no se conforma y le dice al maestro de la banda: “Además tenéis que meter en el repertorio todas las marchas potentes y difíciles que le he oído a la Municipal de Sevilla. Y si hay algo de retraso en la recogida no nos podéis dejar tirados o pedirnos más dinero porque la cosa está fatal”. A lo que el maestro de banda responde: “Por supuesto, sin problema”. Se consuma el error.

Así no.

La realidad será que con precios tan bajos los músicos apenas ganarán dinero. El intrépido maestro perderá músicos. Los músicos brillantes se irán donde les paguen dignamente o simplemente se negarán a tocar, es una explotación.

La realidad es que la música más difícil de toda la Semana Santa es la música de capilla. Se necesitan tres o cuatro solistas profesionales de verdad. Con instrumentos y cañas (artilugio que dentro de la boca del interprete produce el sonido al paso del aire) de calidad. Y además si tomamos como modelo las Saetas del Silencio el grupo debería estar formado por dos oboes y un fagot, aunque se admite como normal la formación compuesta por un oboe, un clarinete y un fagot.

Llega el santo día, y tras el misterio vemos tres buenas almas portando una flauta, un clarinete y un saxofón barítono, exótica desvariación de la capilla musical. El Señor que va en la Cruz oyendo piensa que el calvario de esta Semana Santa es mayor. Entonces todos nos acordamos de los tres magníficos profesionales que venían todos los años. El problema no habría sido menor si el trío hubiera contado con un oboe y un fagot, porque si el oboe, el clarinete y el fagot no son muy buenos el “cante” está igualmente asegurado. Son tres solistas expuestos durante varias horas.

Y tras la Virgen, esa banda que no para de tocar enlazando marchas. Músicos que revientan y que a medida que pasan las horas comienzan a bajar de calidad, los más brillantes ya no están para ayudar. Y en la carpeta 150 marchas, algunas infumables. Con papeles pequeñitos que no se ven. Una papeleta. Y se recoge dos horas más tarde de lo que pone el contrato.

Así no.

Si los contratadores (hermandad) no tuvieron maestros esto es perdonable, con rectificar habrán pagado el pecado. Pero si los protagonistas tuvieron maestros y no les oyeron el pecado es mayor, a la imprudencia se le une la soberbia de no oír a los predecesores.

Si los contratados (banda de música) nunca tuvieron una oportunidad en Sevilla es perdonable, con rectificar habrán sanado. Pero si la formación es de las históricas y sus dirigentes tuvieron maestros de los que aprender el fallo es difícil de evaluar. ¿Pecaron de ignorancia o quizás de avaricia?. Quizás fueron simplemente inseguros y no supieron mantenerse firmes en el lugar que durante años se ganaron y decir aquello de: “Este es nuestro sello, somos una banda seria y no nos prestamos a apaños raros”.

No a la música infinita y gratis.

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