Arrancó el viernes de dolores con la vista puesta en las previsiones para el resto de la Semana Santa.
Al ser la semana santa en abril se corre el riesgo de la lluvia, aunque también ganamos en luz del día para poder ver con más detalles nuestras cofradías en la calle.
Este año la novedad estaba en el ruán negro de los nazarenos de Pasión y muerte que dieron seriedad a las calles de Triana.
Muchas personas en la calle, en los barrios. En el Cerro para ver la estación de penitencia de la hermandad de Palmete en la iglesia de los Dolores.
Y en la salida y las entradas de hermandades como Pino Montano o Bellavista.
También contrastes como la seriedad de los nazarenos de ruán morado del Cristo de la Corona, con la algarabia de los muchos niños que la Misión llevaba en su cortejo.
Se cerró el día tarde, muy tarde. Pero con el regusto de haber disfrutado de un día esplendido y desde este año, pleno de capirotes y túnicas.
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