La Hermandad del Gran Poder recibirá 12.000 euros de indemnización, según ha podido conocer este periódico de fuentes relacionadas con la tramitación del cobro del seguro, por la agresión que sufrió el Señor el pasado mes de junio, cuando Luis Carbajo Ordóñez le arrancó un brazo a la imagen tras encaramarse al camarín con la intención de derribarlo. En la valoración de la aseguradora se incluyen los gastos de la reparación de la talla, llevada a cabo por el imaginero Luis Álvarez Duarte, así como la camisa interior y la túnica, que quedaron desgarradas tras el suceso. El hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, se limitó a confirmar que la aseguradora repercutirá dicha cantidad directamente sobre el agresor: "La compañía se ha personado como demandante civil en las diligencias abiertas".

Como informó este periódico tras la agresión, la Hermandad del Gran Poder tiene contratada una póliza de seguros que cubriría hasta un máximo de entre 36.000 y 42.000 euros por actos vandálicos. La corporación tiene protegidas las imágenes del Señor, la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso y San Juan Evangelista, además de la basílica, los pasos durante la estación de penitencia de Semana Santa y los ensayos de costaleros que se realizan previamente a la salida procesional, entre otros conceptos. El importe máximo que la hermandad tiene cubierto corresponde a lo que costaría la realización de una nueva imagen.

Por otra parte, la Fundación Juan Moya será la encargada de financiar la nueva mampara protectora que se lo colocará al Señor próximamente. Hace dos semanas, los técnicos estuvieron en la basílica haciendo las pruebas necesarias sobre el terreno y estuvieron probando una plantilla de madera. La nueva protección ya se está fabricando y aumentará la seguridad del Nazareno de Juan de Mesa, ya que resguardará al Señor hasta los hombros. El cristal de seguridad actual apenas llega hasta la cintura de la imagen.

La agresión al Señor de Sevilla se produjo el domingo 20 de junio tras finalizar la misa de 20:30. La imagen estuvo retirada del culto hasta el viernes 26 cuando fue repuesto en un besamanos extraordinario que resultó multitudinario. El encargado de reparar la imagen fue Luis Álvarez Duarte, quien intervino sobre la talla en las antiguas dependencias del tesoro de la hermandad, situadas en la propia basílica de San Lorenzo. Los trabajos se prolongaron por un período de tres días, y el imaginero se centró en la sustitución de la espiga de madera y la rótula que sujetaban el brazo con el cuerpo del Señor.

Desde que se produjo la agresión, el acceso al camarín para besar el talón del Señor se ha limitado a los viernes, contando además con la presencia de un vigilante de seguridad.