Las obras de peatonalización del entorno de la Basílica de la Macarena son una realidad. Los trabajos de reurbanización, que durarán seis meses, llevan ya varios días en marcha. Este proyecto, que supone un cambio de ordenación en el tráfico de la zona, cambiará el aspecto del entorno del arco macareno y obligará a acceder a la calle San Luis por la calle Macarena, al quedar cortada la circulación en la explanada delantera del templo macareno.

La intención que persigue el Ayuntamiento con estas obras es, precisamente, la de acabar con el caos de tráfico que existe en el entorno del Arco de la Macarena, un monumento rodeado de aparcamientos y dentro de una explanada de las denominadas duras. Por tal motivo, la parada de taxis se trasladará al final de Bécquer y la de carga y descarga a la calle Macarena, con el fin de convertir toda la explanada de la basílica en peatonal.

La transformación lleva aparejada también una pequeña modificación en el trazado del carril bici, que servirá de separador entre el tráfico rodado de Resolana y la nueva zona peatonal. Asimismo, se cambiará el mobiliario urbano y se dotará a la explanada -conformada por una plataforma única- de arbolado. Se trata de cuatro naranjos, una especie pensada para no restar visibilidad a la basílica. Las obras se han adjudicado a la empresa Grucal por 423.711 euros.

Por su parte, el hermano mayor de la Macarena, Manuel García, refirió que esta remodelación llevaba tiempo solicitada por la corporación. De hecho, fue durante el mandato de Manuel del Valle (1983-1991) cuando se planteó esta iniciativa que no se ejecutará hasta ahora. Los responsables de los trabajos intentarán que afecten lo mínimo posible a la celebración de las bodas y, especialmente, a la procesión en octubre de la Virgen del Rosario, para la que ya se baraja la posibilidad de que salga de la parroquia de San Gil. La remodelación concluirá a principios de 2018.