Las consecuencias del mal tiempo en el comercio

Primavera negra en las tiendas

  • Las bajas temperaturas y la lluvia provocan un descenso de las ventas en los negocios

  • El textil y el calzado han sido los sectores más perjudicados

Varias personas se cubren con paraguas de la lluvia, mientras los escaparates anuncian bañadores.

Varias personas se cubren con paraguas de la lluvia, mientras los escaparates anuncian bañadores. / Antonio Pizarro

La lluvia, que tantos embalses ha llenado esta primavera, además de provocar la caída de numerosos árboles y el cierre de parques, ha arrasado con las ventas en las tiendas. En el peor sentido. El pequeño y mediano comercio ha constatado cómo el mal tiempo ha afectado gravemente a sus ingresos. Los clientes han optado por continuar con la ropa de abrigo ante unas temperaturas que en rara ocasión han superado los 30 grados. Una fatídica temporada que empaña la leve recuperación que vivió el sector en las rebajas de invierno y que deja los ánimos por los suelos ante la inminente campaña de descuentos veraniega. Unas pérdidas que podrían recuperarse con la subida del mercurio.

Es 8 de junio. Viernes. El termómetro registra una máxima de 21 grados. El cielo está gris. Corre un aire fresco que invita a ponerse un chaleco. Hay paraguas por las calles. La estampa parece sacada de un día otoñal. Sólo falta el puesto de castañas. Nadie diría que en dos semanas llegará el verano a Sevilla. Hace justo un año la ciudad estaba en alerta amarilla por altas temperaturas. Se alcanzaron los 40 grados. En los escaparates de las tiendas se exhiben las colecciones estivales. Los más precavidos aún mantienen la ropa primaveral, una estación que parece haber estado ausente en la capital andaluza. Esta circunstancia meteorológica ha afectado de lleno al comercio. Carlos Junco, comerciante de Los Remedios, lo certifica: "Aquí las ventas sólo se mantuvieron hasta la Feria".

Aprocom pide que se adapten las campañas comerciales a la realidad meteorológica

Las Fiestas de Primavera y las comuniones han aportado el oxígeno suficiente a las tiendas para que esta campaña no sea calificada de gran desastre. Por lo demás, sólo se puede hablar de una temporada negra. Los comerciantes han sido unos de los principales perjudicados por una estación atípica en la que se ha requerido la ropa de abrigo hasta ayer mismo. "A nadie le apetece comprar artículos de verano si no hace calor", explica Tomás González, presidente de Aprocom, la federación provincial de comerciantes.

La relación entre la meteorología y el consumo es directamente proporcional. A mayor frío o calor, mayor gasto energético y mayor desembolso en las tiendas. Cualquier anomalía repercute en ambos sectores. Los sevillanos aún no han hecho uso del aire acondicionado. Las frescas temperaturas han evitado este gasto. Con la ropa y el calzado ha ocurrido lo mismo. Hasta que el sol no apriete los clientes no se interesarán por el nuevo género de temporada. Dicha situación, aunque esta primavera se ha hecho bastante evidente, se lleva repitiendo los últimos años en otoño, cuando el verano se alarga hasta bien entrado noviembre. Una realidad meteorológica que no coincide con el inicio de las campañas de invierno y verano en las tiendas. "En Sevilla, por ejemplo, ya hay abrigos expuestos en los escaparates en agosto, en plena ola de calor", detalla González. Una circunstancia que se presta más a la hilaridad que a la compra.

Un joven se cubre de la lluvia, con un escaparate con bañadores al fondo. Un joven se cubre de la lluvia, con un escaparate con bañadores al fondo.

Un joven se cubre de la lluvia, con un escaparate con bañadores al fondo. / Antonio Pizarro

El inicio de las campañas lo marcan las grandes cadenas de distribución, que hacen las promociones para todas las tiendas de España, sin tener en cuenta el clima de cada ciudad. Desde Aprocom se pide mayor "sensatez" a la hora de sacar a la venta las nuevas colecciones. "Hay que adaptarlas a la realidad meteorológica que se vive actualmente, pues de lo contrario nos exponemos a perder muchos meses de ventas", advierte el representante de los comerciantes.

Los bajos ingresos obtenidos por el sector en primavera han hecho trizas la leve recuperación que se registró en las rebajas de invierno, una temporada de descuento que cada vez adquiere menos importancia en los negocios, ya que se pueden fijar ofertas cualquier época del año. "Llevamos tiempo sin hacer balances de las rebajas porque estas campañas han quedado muy difusas. Ahora se pueden iniciar en cualquier momento", explica González. En tales circunstancias, las rebajas de verano -que comenzarán el próximo 1 de julio- se encaran con bastante escepticismo.

La meteorología no es el único factor que ha jugado en contra de las tiendas tradicionales. También lo hace, desde hace tiempo, el comercio electrónico. Un reto que, en palabras de Tomás González, exige que los negocios físicos se unan. "Toda competencia es bienvenida, pero para hacerle frente debemos estar todos unidos: desde las grandes cadenas de distribución y las grandes superficies a las tiendas medianas y pequeñas", asevera el presidente de Aprocom, quien argumenta que "el mundo evoluciona. Nuestro sector ha de adaptarse a las diversas modas, como la de la venta on-line. Esto requiere en los negocios mayor unión, exigencia y, sobre todo, modernización".

El sector se enfrenta también a la dura competencia del comercio electrónico

Eso sí, la competencia en todo momento debe ser "leal". La federación provincial de comerciantes se muestra conforme con establecer la llamada tasa google, planteada por el anterior Gobierno de Rajoy y con la que se pretendía financiar la subida de las pensiones. "Los propietarios de los negocios que tienen tiendas físicas en España tributamos aquí, no en paraísos fiscales. Me parece justo que esos impuestos se les exija a las grandes plataformas que operan por internet, pues la mayoría tributan fuera, por lo que ninguno de sus ingresos se queda en el país", defiende González.

La recién nombrada ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, poco después del traspaso de carteras, aludió a la necesidad de impulsar la modernización del comercio, ante el cambio que está sufriendo el sector con las ventas electrónicas. En esta línea ya se ha pronunciado en más de una ocasión la presidenta andaluza. Susana Díaz ha hecho hincapié en la puesta en marcha de "un gran pacto por el comercio", con el fin de que las pequeñas y medianas empresas que operan en el sector se adapten a la transformación digital. Díaz recordó que esta actividad supone el 10% del Productor Interior Bruto (PIB) de Andalucía. Con tal fin, se ofertará una línea de ayudas por valor de 3,8 millones de euros para el uso de las TIC en las pymes. Para esta reconversión se han otorgado ya 568 subvenciones a negocios andaluces.

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