La bajada de los robos en el campo no ha servido para desbancar a la provincia de Sevilla de los primeros puestos de España en este tipo de delincuencia. Sevilla se mantiene como la segunda provincia española en sustracciones en explotaciones agrícolas y ganaderas, sólo superada por Valencia. Los campos de la provincia sevillana sufrieron 819 robos en los primeros seis meses del año, según los datos ofrecidos por el Gobierno central en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Miguel Ángel Heredia.

Este dato supone una media de algo menos de cinco robos diarios. La puesta en marcha de un plan de seguridad en el campo por parte del Ministerio del Interior, con la creación de los equipos ROCA de la Guardia Civil, ha permitido bajar la tendencia al alza que mantenían estos delitos en los últimos años. Si ya el año pasado se registró un descenso de en torno al 15% en relación con 2012, en las estadísticas del primer semestre de 2014 también se intuye un descenso con respecto a 2013. Esta bajada, de mantenerse la tendencia marcada en los primeros seis meses del año, estaría en torno al 8%.

Los robos en campos y fincas se dispararon desde finales de la década pasada, coincidiendo con la crisis económica, que trajo aparejada una subida del precio del cobre y otros metales. Los ladrones no dudan en destrozar explotaciones enteras si pueden hacerse con piezas de estos metales que puedan luego refundirse o venderse en el mercado negro. Esta subida del cobre, del hierro y demás metales hizo que los delitos en el campo se multiplicaran por tres en cinco años, pasando de 750 en el año 2008 a 2.094 en 2012. Estos datos corresponden a la provincia de Sevilla pero la evolución ha sido similar en la mayoría de demarcaciones españolas. Este repunte desmesurado obligó al Ministerio del Interior a reforzar la vigilancia de los campos creando unidades especiales de la Guardia Civil dedicadas en exclusiva a ello.

En total fueron 55 las unidades que comenzaron el plan en las 15 provincias españolas que concentraban el 74% de los delitos, con unos buenos resultados casi desde el principio. Sin embargo, el elevado número de delitos que se siguen registrando a diario demuestra que hacen falta más de los 275 efectivos actuales para poder combatir con más garantías los robos en el ámbito rural. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones estos delitos ni siquiera se denuncian, sobre todo cuando se trata de pequeñas sustracciones de cosechas.

Más preocupantes para los agricultores y ganaderos son los robos de material y maquinaria, que suelen causar además enormes destrozos en sus instalaciones. La pasada primavera, el equipo ROCA del puesto de Carmona asestó un importante golpe a los robos en el campo y recuperó más de 25 máquinas que habían sido sustraídas. Los agentes lograron esclarecer más de una decena de delitos, en los que habían desaparecido una empacadora, dos tractores, un remolque, un generador, un motor ordeñador, electroválvulas de riego, una cortacésped, un silenciador motor, una abonadora, una desbrozadora, un limpiapiscinas barrefondo, una motosierra, una ordeñadora portátil, una puerta de acceso metálica, un tanque de refrigeración, una cuba o pipa fumigadora, una trituradora de grano, ocho vallas metálicas, una desbrozadora de hilo, una sembradora, un tejado desmontado, tres arados y una aporcadora.

La relación de efectos intervenidos da una idea de cómo funcionan los ladrones que operan en el campo, que se llevan todas las máquinas que pueden cargar consigo, sin hacer demasiadas distinciones. Los robos se producen casi siempre de noche, en explotaciones agrícolas y ganaderas a las que suele ser fácil acceder simplemente franqueando una valla. Para poder cargar la mercancía no es necesario contar con más medios que un tractor con un remolque que pueda avanzar por caminos rurales. Toda la Campiña sevillana, desde los Alcores hasta Écija, ha estado muy castigada por los robos en fincas desde los primeros años de la crisis económica.

Sólo Valencia supera a Sevilla en la lista de provincias con más delitos en el campo. La supera, además, con creces, puesto que en Valencia hubo 1.338 denuncias en los primeros seis meses del año. En el tercer puesto, por detrás de Sevilla, está Almería, con 767 casos. El cuarto lugar es para Córdoba (711), el quinto para Badajoz (639) y el sexto para Toledo (574). Andalucía es, por su propia extensión y morfología, la comunidad que acumula más denuncias, con 3.966, lo que supone un tercio del total del país.

En los datos aportados por el Gobierno central se incluyen las estadísticas de la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Ertzaintza, la Policía Foral de Navarra y las distintas policías locales. Faltan los datos de Cataluña, que no ha facilitado la información de los Mossos d'Esquadra.