No hace tanto que viajar al Algarve ya se consideraba en España toda una aventura. El Centro de Vacunación Internacional sólo era frecuentado por algunos que otros aventureros, cazadores o voluntarios. Sin embargo, la proliferación de las ONG y, sobre todo, la transformación de los viajes lejanos en un objeto de consumo para el ciudadano medio han convertido aquellos destinos exóticos en algo mucho más cercano y frecuente. Lo que no quiere decir que estén exentos de peligros. Así lo demuestra la creación de un departamento de enfermedades tropicales en el Hospital Virgen del Rocío.

La salud, sin duda, debe ser la preocupación esencial del viajero, sobre todo el que visita países con escasos recursos sanitarios y enfermedades endémicas que no existen en el nuestro. La prevención es fundamental para conservar la salud y toda la información y las vacunas y medicaciones profilácticas necesarias pueden conseguirse a través del Centro de Vacunación Internacional del Ministerio de Sanidad.

El problema es que hay que hacerlo con bastante tiempo de antelación. Como mínimo, un mes, aunque más vale plantear un plazo bastante más largo. Por un lado, hay vacunas o medicaciones que deben ser aplicadas bastante tiempo antes de iniciar el viaje. Y luego, porque el centro también se resiente del espectacular incremento del número de solicitantes, por lo que ante la falta de recursos se ven obligados a desviarlos incluso al centro de Huelva, en caso de urgencias. En la actualidad, en Sevilla se conceden las citas en un plazo de diez a quince días, aunque en ocasiones, dada la demanda, la espera ha sido bastante más larga.

Por supuesto, la información que se obtiene en el centro es posible encontrarla hoy día en guías de viaje o internet, aunque el médico especializado del centro ofrece, además de los consejos generales sobre higiene o seguridad en la alimentación, las necesidades concretas sobre las zonas que se van a a visitar.

Por ejemplo, el mundo está dividido, según criterios sanitarios, en tres zonas en las que los riesgos de la malaria -una de las amenazas más peligrosas, responsable de la muerte de millones de personas al año- varían según el grado de resistencia del parásito a los medicamentos y la malignidad de la enfermedad.

Los tratamientos recomendados, por tanto, serán diferentes según las zonas a visitar y el historial médico de los pacientes, lo que hace absolutamente recomendable la visita al médico del centro de vacunación. Pero además hay vacunas que se ponen específicamente en el centro (fiebre amarilla, por ejemplo) o una serie de medicamentos que sólo se expiden en centros concretos con autorización previa, por lo que es necesaria esa visita al centro para adquirirlos.

En otros casos, será el médico de cabecera quien extenderá las recetas, a indicación del galeno del centro de vacunación, por lo que es otro plazo de prudencia que añadir a la hora de plantearse este requisito.

Por supuesto, hay casos de viajes inesperados que no permiten esa antelación. O viajeros, avezados o no, que prefieren no sufrir los efectos secundarios de los tratamientos -que los tienen y a veces muy fuertes- y atiborrarse de medicamentos en caso de tener síntomas. Es su salud. Y con la salud no se juega.