"Pasmo y pasto de eruditos”. Así define David González Romero, doctor en Literatura y Comunicación de la Universidad de Sevilla (US), a Manuel Jiménez Moreno, torero que pasó a la historia con el nombre de Chicuelo y del que este miércoles la Real Maestranza de Caballería ha acogido la presentación del libro que glosa su figura taurina.

Con el título de Chicuelo, el arte de inventar, esta obra, coordinada por Diego Carrasco Fernández y patrocinada por la institución nobiliaria, se centra en la importante aportación que el diestro sevillano hace al arte de la tauromaquia. Una contribución que, según González Romero destacó en su intervención, apenas ha sido tenida en cuenta entre los diferentes libros sobre la historia de la tauromaquia.

González Romero ha comenzado la presentación del libro con la figura de Chicuelo como “precursor” de una nueva forma de torear que ha llegado a los días actuales. Una importancia ignorada durante mucho tiempo. “El precursor para serlo ha de pasar desapercibido”, ha incidido el doctor en Literatura y Comunicación que ha empleado en varias ocasiones la expresión “pasmo y pasto de eruditos” para referirse a esta trascendencia de la que tan poco se ha escrito hasta la aparición del referido libro.

"El creador de la armonía"

“Fue el creador del dibujo y la armonía en los pasos sueltos. Introdujo la cadencia en el toreo. En Chicuelo encontramos unos ritmos interiores de los que nadie puede prescindir”, ha referido el presentador, quien ha abundado en otras aportaciones de este torero con más de un siglo de historia.

“Manolete sería el héroe, pero el agitador que acomodó el toreo a una ensambladura fue Chicuelo”, ha defendido González Romero, que también ha señalado del diestro que, a diferencia de lo que ocurrió con Gallo y Belmonte, “no vivió en ninguna época concreta del toreo”. Eso sí, es el torero que cuenta con “una colección de fotos más amplia”.

La presentación del nuevo libro ha concluido con una afirmación contundente sobre esta novedad literaria, que se ha convertido ya en una obra imprescindible en la historia de la tauromaquia. “Con este libro, Chicuelo pasa de ser el precursor al inventor del toreo que hoy vemos en la plaza”. Una figura, por tanto, de la que aún se debe hablar en presente.

La Revista de Estudios Taurinos

El acto, que ha tenido lugar en el salón de carteles de la plaza de toros de la Maestranza, ha estado presidido por el teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, Santiago de León y Domecq; el conde de Peñaflor de Argamasilla, Luis Manuel Halcón y de la Lastra; y Fátima Halcón Álvarez-Ossorio, presidenta del patronato de la Fundación de Estudios Taurinos, quien ha hecho un balance de toda la actividad científica y cultural realizada el último año por dicha entidad.

La cita ha servido también para presentar el número 52 de la Revista de Estudios Taurinos, que ha corrido a cargo del crítico Francisco March Celaya, un catalán que defiende su condición de taurino en una comunidad donde esta fiesta cultural lleva años prohibida.