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El adiós de Monchi al Sevilla y el calibre de las injerencias

La despedida de Monchi, en imágenes

La despedida de Monchi, en imágenes / Juan Carlos Vázquez Osuna (Sevilla)

Monchi recitó su adiós defendiendo su inocencia. "Muchos me han declarado culpable no sé por qué", dijo durante su larguísima comparecencia en un antepalco absolutamente copado de allegados, familiares, amigos, ya ex compañeros y consejeros. Hubo gestos cariñosos, medidos. Cierta frialdad en la puesta en escena que dejaron entrever ciertas fricciones hasta última hora, como que posara solamente con las dos últimas copas de la UEFA Europa League, cuando hay nada menos que once títulos en su currículum, aunque en la despedida anterior, en 2017, posó en el césped con los nueve anteriores, los de su primera etapa. "No cabría imaginarse otro escenario que éste", dijo sobre el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán, en la que posiblemente fue su última comparecencia pública en no se sabe cuánto tiempo. "Voy a contar por qué me voy, mi versión", comenzó Monchi. Y lo cumplió.

Quizá no cumplió con las expectativas de muchos que querían saber toda la verdad. Pero era imposible que Monchi desgranara al detalle esas injerencias que le han impedido ser Monchi al cien por cien. Y lo que sí hizo, al principio y al final, fue reiterar una advertencia. "Que nadie, nadie, nadie ose usar lo que voy a decir hoy como arma arrojadiza", dijo al inicio. "Que nadie me use como ariete contra el Sevilla", redundó al final.

El ya presidente de operaciones de fútbol del Aston Villa desgranó sus razones. "Y lo voy a hacer para defender mi imagen y mi integridad, y porque si no lo contara no podría mirar a muchas de las personas que están aquí, mi familia, mis compañeros, miembros del consejo, la prensa... Creo que va a ser por lo menos en mucho tiempo mi última comparecencia como trabajador del Sevilla. Y creo que es justo que cuente lo que yo siento", afirmó.

Monchi habló de que parecía estar viviendo "una pesadilla". "Parece una pesadilla y que alguien va a venir a pellizcarme para decirme que esto no es real, que yo no me estoy yendo del Sevilla. Pero desgraciadamente esto es una realidad", aseguró.

Todo lo centró en el asunto de las injerencias. Pero no en injerencias mayores, como los fichajes, como alguno ha voceado de forma sesgada. Sino lo que el sevillista de a pie podría entender como injerencias menores. Monchi lo explicó a su modo, sin entrar en detalles escabrosos de cómo se ha producido la ruptura entre él y José Castro y José María del Nido Carrasco, cuyo crecimiento en la toma de decisiones va in crescendo en espera del relevo de la presidencia previsto para el próximo noviembre, si los tribunales no lo desdicen.

"Si no soy al 100% Monchi, mejor no estar. Cuando al volver de Roma me reuní con Pepe, con José María (Cruz) y Jesús Arroyo en casa de José María, era la persona más feliz del mundo. Tenía un acuerdo con el Arsenal tras la Roma ganando tres veces lo que ganaba aquí. Me llamó Pepe, se me abrió la luz y volví convencido de que de aquí me iría a San Fernando, que sería mi último paso. ¿Qué ha ocurrido? Si no soy yo al 100%, si lo soy al 50%, 60% ó 70%, no soy yo", explicó Monchi. Hasta comprende que ahora el comité de dirección se inmiscuya más en todo, puesto que el Sevilla ha crecido muchísimo. No es el de sus inicios. "Ya soy la mitad de Monchi. Y quedarme como la mitad de Monchi cobrando como Monchi entero no sería justo. Podría adaptarme, pero no sería justo", insistió.

Y puso un ejemplo ilustrativo de cómo ha crecido el club y cómo ha decrecido su forma de gestionar, a su entender. "Cuando yo empecé en este club estaban Bernet, Canseco, Silva, Conrado..., Pablo Blanco evidentemente, que está siempre, Hurtado, también... Y tuvimos que construir un club en el que yo hacía de todo. Agu (López Páez) dice muchas veces que no se puede estar pendiente de si el autobús que viene de Huelva tarda cinco minutos en salir. Pero yo empecé con unos recursos muy limitados y fui creando un modelo en el que yo era el referente para todo: si se estropeaba la lavadora, si llegaban los bocadillos, si el autobús no era bueno, si había que firmar al infantil... Y mal no nos ha ido. Tampoco excesivamente bien, pero mal no nos ha ido. Ahí están esas dos copas, pero faltan muchas más. Yo creo en ese Monchi", afirmó, dejando en el aire cierto recelo de que sólo estuvieran presentes los dos últimos títulos. Fricción hubo hasta el final, solventado de forma cariñosa.

Monchi insistió en que no se quería ir. Pero también dijo que nadie lo ha invitado a irse. Y aclaró que se fue al Aston Villa por acuerdo entre los clubes, por un traspaso superior a su cláusula. "Yo no he pagado la cláusula. El Sevilla ha llegado a un acuerdo con el Aston Villa y yo he rescindido de mutuo acuerdo con el Sevilla. Lo que ha pagado el Aston Villa es más que la cláusula, porque cree en mí y es un motivo de satisfacción y alegría. Mi bolsillo piensa lo contrario, porque todo lo que ha pagado el Aston Villa lo dejo de ganar yo. Pero no es por un tema de dinero, sino por un tema personal". "Ni me quería ir del Sevilla, me voy por respeto al Sevilla y no me voy por dinero", insistió. Y terminó con un "gracias a todos".

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