La cultura ejerce un papel positivo en la sociedad. Elemento de transformación, ésta siempre influye de manera beneficiosa en el individuo. Por eso, desde la ONG Solidarios parten de la propia cultura para llevar a cabo muchas de sus actividades. La ONG, que lleva treinta años trabajando con las personas, acaba de llevar a cabo la gala artística Insomnio, con la que devolver los sueños a los que la noche, el día y la vida se los quitan.

Enmarcada dentro de la Semana de las Personas sin Hogar, la gala estuvo protagonizada por personas sin hogar, voluntarios y vecinos del barrio de la Macarena, que trabajan codo con codo durante todo el año en los talleres inclusivos que realiza la asociación. Con el centro cívico Hogar Virgen de los Reyes como enclave, la velada sirvió de escaparte a todas las actividades que durante el año se realizan en los talleres de Solidarios.

Las personas sin hogar, los auténticos protagonistas

Con un escenario prácticamente en penumbra, las actuaciones se suceden con ritmo. Inmsonio apenas guarda similitud con otras galas de carácter social. Buscando la reivindicación, en esta ocasión son los protagonistas los que toman el testigo y alzan la voz.

A través de performances poéticas, dignas de ser cabeza de cartel en cualquier gran teatro de la ciudad, los protagonistas de la gala proclaman a los asistentes cómo sienten, cómo aman, a qué temen y qué esperan de la vida. Frases como "qué difícil es ser uno mismo cuando estás en el abismo" cobran especial sentido y provocan en el espectador sentimientos enfrentados. Lo diferente que resulta el abismo para quien desde casa lamenta su suerte, que para quien lo hace sin un techo bajo el que cobijarse. Invisibles ante un mundo que avanza deprisa, cada participante se encarga de recordarlo. "Yo puedo mirar al mundo pero el mundo no me ve a mí" suena rotundo en el auditorio.

Actuación flamenca de la gala Insomnio.

'Performances' reivindicativas para romper etiquetas

Frente al recital poético, dos performances resultan realmente llamativas. Con una clara idea de empoderar a las personas sin hogar, una de ellas invita a no cesar en la lucha. Al escenario oscuro llega un hombre que, cansado de la vida, lleva consigo sus únicas pertenencias: una manta y un par de cartones roídos. Hastiado y apesadumbrado relata su cansancio. Pero algo cambia, algo se enciende en él y le invita a luchar. "Voy a seguir enviando curriculums, no voy a desistir", entona. Al final, la esperanza aparece en forma de llamada. Una entrevista de trabajo le espera al día siguiente.

Tras esta actuación, un grupo de mujeres aparece sobre el escenario y deambulan apesadumbradas sobre él. Mientras, una voz en off reproduce todos los estereotipos que la sociedad tiene sobre las personas sin hogar. "Puta, yonki", "Algo habrá hecho para terminar en la calle"... se escucha en el auditorio. Todos los prejuicios que tiene la sociedad, todas las etiquetas que se le coloca a las personas sin hogar se reproducen en la sala.

Acción reivindicativa de la gala Insomnio.

La performance se convierte en una forma de reivindicar la eliminación de las etiquetas. "Es tan violento, tan triste y tan inhumano", dice una de ellas. "Es más fácil desintegrar un átomo que una etiqueta", concluyen para dejar constancia de lo que duelen los estereotipos y la pérdida de identidad que implica el tener que soportarlos.

En Insomnio también hubo tiempo para el cante y el baile flamenco, ya fuera con una guitarra como único acompañamiento o con todo un cuerpo de baile. Además, han recogido en una colección los poemas realizados en el taller de escritura creativa realizado por Solidarios (http://www.solidarios.org.es/)