Vivir en Sevilla

Por qué el gentilicio de La Puebla de Cazalla es morisco y cuál es la historia que hay detrás

Los restos que se conservan en pie del Castillo de La Puebla de Cazalla, a cuyos pies se alzaba la villa que dio origen al municipio.

Los restos que se conservan en pie del Castillo de La Puebla de Cazalla, a cuyos pies se alzaba la villa que dio origen al municipio. / Alejandro Jiménez

La provincia de Sevilla tiene un total de 106 municipios, algunos de los cuales son nacionalmente conocidos, como Osuna y Carmona, y otros pasan más desapercibidos, como Pilas, Benacazón o Coripe, a pesar de que también reúnen mucha historia. 

De todos los pueblos de la provincia hay algunos con gentilicios algo desconcertantes que no se han formado añadiendo un sufijo al nombre del pueblo.

Tal es el caso de las personas que viven en Écija y cuyo gentilicio es astigitano y astigitana en honor a como se llamó la ciudad en época romana (Astigi). Sucede lo mismo con los habitantes de Dos Hermanas, que son nazarenos y nazarenas como consecuencia de una curiosa historia y con los vecinos de La Puebla de Cazalla. Se les conoce como moriscos y moriscas y hoy vamos a hablar del relato que hay detrás de este gentilicio. 

Moriscos y moriscas

Los moriscos, palabra que deriva de 'moro', fueron aquellos musulmanes que tuvieron que convertirse al cristianismo en el siglo XVI (a partir de 1502), con los Reyes Católicos. Tanto los que asumieron la fe cristiana de forma voluntaria como los que lo hicieron obligados a ello, pasaron a llamarse "moriscos". Este término también se emplearía para reconocer a sus descendientes. 

Antes de la conversión forzada, a los musulmanes que vivían practicando de manera más o menos abierta su fe en los reinos cristianos se les había conocido como "mudéjares". Esta palabra deriva del árabe mudajjan, es decir, «tributarios», si bien es cierto que esta forma de conocerlos derivaba sobre todo de los musulmanes del Reino de Castilla porque en el de Aragón se les conocía, directamente, como "moros". 

Gentilicio de La Puebla de Cazalla

En el contexto de la Reconquista y la expulsión de los musulmanes de la provincia de Sevilla, un mandato que emanaba de los Reyes Católicos, sucedió algo en La Puebla de Cazalla que determinaría para siempre la historia de sus ciudadanos y ciudadanas.
Y es que el conde de Ureña, Juan Téllez Girón, se negó a que sus habitantes convertidos se marcharan del territorio ya que eran unos grandísimos agricultores y alfareros. Sin su soporte la economía local del municipio no se sostendría. 
A pesar de que no hay constancia documental, parece ser que fue el hecho de que estos moriscos y moriscas se quedaran en sus tierras lo que dio lugar a que, poco a poco y  con el paso del tiempo, los vecinos de La Puebla comenzaran a ser conocidos de la misma manera. De hecho se piensa que por eso en la localidad hay tantas personas que se apellidan "Moreno", que es una corrupción de "moro". 

Otros gentilicios

Que se conozca de esta manera a los habitantes de La Puebla de Cazalla no quiere decir que no se hayan empleado otros gentilicios en otras épocas. De esta forma, en los años sesenta se empezaron a utilizar otros como "carulense" (de Carula, que es como se llamó La Puebla en época romana) o "poblense". Aunque el uso de "morisco y "morisca" siempre ha estado más extendido. 
La Puebla no será de Cazalla hasta mucho tiempo después de pertenecer a la llamada banda morisca, la franja fronteriza que separaba Castilla de la resistencia andalusí del reino granadino. Hasta entonces se la conocerá, como otras muchas poblaciones fronterizas, como Cazalla de la Frontera. Esta frontera perderá todo su sentido cuando en 1492 Granada cae en manos de la Corona de Castilla.
El reparto de las tierras entre la nobleza da lugar a que en algunos territorios se implanten soluciones poblacionales ya que estaban vacíos. 
La actual Puebla se levanta a siete kilómetros de la llamada Villavieja y es en este punto de su historia local donde parece ser que se gestó el gentilicio de morisco, ya que estas zonas fueron repobladas por muchos de ellos. Aunque esta es la teoría más plausible no se sabe a ciencia cierta cómo se dieron los sucesos para que los habitantes de La Puebla de Cazalla se acabaran llamando así. 

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