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Progreso genético e innovaciones en girasol

  • Pedro Paniagua. Jefe de Producto de Oleaginosas en Limagrain Ibérica

Nursery © de girasol Limagrain Europa.

Nursery © de girasol Limagrain Europa.

Limegrain Limegrain

Limegrain

Originario de América, el cultivo de girasol fue introducido en Europa por nuestros antepasados en el siglo XVI, utilizándose por aquel entonces como planta ornamental. No fue hasta el siglo XIX cuando surgió el interés de su aceite para alimentación. Desde aquel momento experimentó un gran auge, especialmente en Rusia,

Aniversario Aniversario

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alcanzándose ya en este país el millón de hectáreas a principios del siglo XX. A los mejoradores rusos, les bastó sólo unas décadas para aumentar el contenido en aceite del grano, del 25 al 40%. Finalmente, a partir de 1960 el girasol conquistó Europa occidental, integrándose de una manera rápida y complementaria en las rotaciones de nuestros sistemas agrarios. Hoy por hoy se cultiva en los cinco continentes, aunque continúa siendo el este y centro de Europa la principal región productora de girasol, con el 70% de la superficie de cultivo mundial.

Con la llegada del girasol a Europa occidental, y motivados por la visión de importantes cambios en el mercado del aceite y por las ventajas agronómicas que ofrece, llegó el momento de que, tanto las empresas obtentoras de semillas como los organismos públicos, centraran sus esfuerzos en la mejora genética del girasol. Este es el caso, por ejemplo, de Limagrain, que este año celebra el 40 aniversario de dedicación a la investigación e innovación en este cultivo.

El objetivo siempre ha sido que la investigación y el desarrollo continuado den lugar a innovaciones que beneficien a los diferentes actores que componen la cadena del girasol. Con el apoyo de los programas de investigación, se desarrollan continuamente productos competitivos para cada tipo de mercado: linoleico y alto oleico, tanto en variedades convencionales como tolerantes a herbicidas.

SEMILLAS GRÁFICO SEMILLAS GRÁFICO

SEMILLAS GRÁFICO

Además del aumento del rendimiento, del contenido de aceite, de la adaptación de los ciclos de cultivo a cada entorno y de la tolerancia a enfermedades, las investigaciones se centran en la competitividad de los nuevos híbridos mediante el fortalecimiento de su tolerancia a la sequía y al estrés térmico, cuestión cada vez más importante en nuestro país, y en el resto de Europa.

Gracias al progreso genético, el girasol se ha convertido en un cultivo económicamente rentable, jugando un rol importante en la agricultura europea.

Especial e histórica atención poseen los dos principales desafíos del cultivo a nivel mundial: Mildiu y Jopo, para los que la mejora genética combate y se renueva constantemente, ofreciendo variedades con combinaciones genéticas que ofrecen una protección cada vez más eficaz y duradera. Para ello, desde las empresas obtentoras se sigue muy de cerca la evolución de las razas, monitorizando tanto al hongo como al parásito a nivel mundial y ofreciendo, para cada zona, las variedades mejor adaptadas.

Laboratorio © de Investigación Limagrain Europa. Laboratorio © de Investigación Limagrain Europa.

Laboratorio © de Investigación Limagrain Europa.

Otro paso más, importante también en la innovación genética del cultivo de girasol, fue la rápida combinación de estos atributos genéticos claves con las tecnologías Clearfield® y Express™, proporcionando una solución eficaz a nuestros agricultores para el control de las malas hierbas.

Hoy en día, los recursos de investigación y desarrollo están a la vanguardia de la ciencia y tecnología, con estaciones de investigación que cubren todo el continente europeo y laboratorios dotados con herramientas de selección modernas, lo que permite ofrecer soluciones a las demandas del mercado, tanto de agricultores como consumidores.

Su resiliencia juega un papel agronómico fundamental en el contexto del cambio climático.

Entre estos medios, la selección genómica y la bioestadística permiten obtener genéticas de interés y nuevos rasgos genéticos de una manera más rápida. Además, con el uso intensivo de invernaderos y la posibilidad de realizar el proceso de mejora a lo largo de todo el año (3 generaciones por año), los mejoradores tienen los medios para realizar una selección continua de nuevas fuentes genéticas e híbridos comerciales.

Para finalizar y ayudar a comprender cómo la innovación y el progreso genético ha contribuido al cultivo de girasol, se muestra la evolución de los rendimientos medios europeos en los últimos 20 años, elaborados a partir de los datos publicados por la Comisión Europea, donde se puede apreciar que la tasa de crecimiento anual del rendimiento medio europeo se sitúa en torno a 46 Kg/Ha/año.

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