Los Alcores cuentan con un patrimonio histórico y natural que lo convierten en un espacio singular. Desde Alcalá de Guadaíra hasta el término municipal de Carmona -pasando, por tanto, por Mairena y El Viso del Alcor-, una serie de elementos convierten a la zona en una unidad geológica y paisajística que conserva aún especies vegetales y animales de difícil localización en otros espacios. Pero también es una zona muy atractiva para el urbanismo, ya que tiene fácil acceso a la A-92 (Autovía Sevilla-Málaga) y lo tendrá con la futura SE-40, por lo que los ecologistas temen que, al final, este espacio singular acabe desapareciendo. De ahí que se hayan agarrado a la nueva Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía, que contempla la posibilidad de aglutinar varios espacios que constituyen un único conjunto bajo el concepto de zona patrimonial. Y como figura de protección abogan por la de parque cultural, órgano en el que tendrían representación la Junta de Andalucía, los cuatro ayuntamientos implicados y los ciudadanos.

El problema es que, para que la cornisa de Los Alcores sea declarada como zona patrimonial, los cuatro ayuntamientos han de estar de acuerdo y, según la sociedad ecologista Alwadi-ira, el de Alcalá de Guadaíra sólo está dispuesto a proteger la zona de Gandul -sito en su término municipal-, lo que a juicio de la asociación es insuficiente. "Si se divide el territorio, tememos que se pierdan zonas con valor paisajístico y patrimonial por la especulación urbanística. Si el Ayuntamiento no accede a una propuesta integral de los Alcores tal vez sea porque no quiere pillarse los dedos", ha declarado a este diario la vicepresidenta de la asociación, Manuela Pabón.

Octavio Sánchez, secretario de Alwadi-ira, critica la actitud del equipo de gobierno de Alcalá (PSOE), al que acusa de querer mirar sólo hacia la capital. "El crecimiento empresarial, por ejemplo, vira hacia la metrópoli porque el Ayuntamiento busca la unión física con la capital, lo que significa que las diferencias territoriales serán cada vez menores", señala Sánchez. "El problema -añade- es que el gobierno local no quiere que se identifique Alcalá de Guadaíra con el resto de municipios de la comarca de los Alcores".

Los ecologistas consideran que la zona patrimonial de los Alcores debe englobar espacios que destacan por su interés natural y medioambiental, como las dehesas, el Rincón de Alcalá, el Palmar de las Majadillas y el bosque de galería del arroyo del Guadairilla, entre otros; espacios de interés paisajístico, forestal y ocio, entre los que se incluyen la Retama, los pinares de la Boticaria y el eucaliptal de Marchenilla; especies de plantas excepcionales y formaciones geológicas de interés y canteras. También creen que deben formar parte del parque cultural los espacios de titularidad pública (caminos, vías pecuarias y descansaderos); zonas de interés arqueológico, histórico, cultural y etnológico (Gandul, Maestre y Marchenilla); y patrimonio inmobiliario (edificaciones militares, haciendas y cortijos, construcciones rurales, molinos, puentes, azudas, fuentes, arroyos, abrevaderos y galerías.

Dada la dimensión de la zona que Alwadi-ira pide sea declarada patrimonial, los ecologistas consideran que en el órgano gestor del parque cultural deben estar varias consejerías, "ya que hacen faltan muchas aportaciones", adelanta Octavio Sánchez. Al respecto, y a modo de ilustración, la vicepresidenta señala que los 30.000 euros que el Ayuntamiento de Alcalá aprobó para recuperar el Dolmen del Vaquero, en Gandul, "es sólo un remiendo".

Los ecologistas también aclaran que, en caso de que se logre un parque cultural en los Alcores, no quieren que simplemente se establezca una oficina "que se dedique a distribuir recursos". "Habría que poner en valor la zona, con rutas para turistas culturales, paseos por la naturaleza o actividades de animación. Además, se podrían recuperar oficios antiguos, ya que se están restaurando los molinos", comenta Pabón.