"Yo me llamo Álvaro", se presentó ayer uno de los alumnos más pequeños del colegio Antonio Machado de Jerez. "Yo, Susana", respondió con naturalidad la presidenta de la Junta. Y entonces se oyó a otra niña gritar: "¡Cómo mi madre, mi madre también se llama Susana!". Intentaba captar la atención de la mujer que les visitaba y que, de rodillas en el suelo, charlaba con los pequeños y les chocaba las manos a petición de los propios escolares, a quienes preguntó si les gustaba cómo había quedado el "cole" tras las últimas obras.

El encuentro con los niños cobró aún más más relevancia al conocerse que la jefa del Ejecutivo autonómico, a sus cuarenta años, será madre el próximo verano, en julio. A pesar de la expectación que provocó la noticia, Díaz quiso dejar claro que su nuevo estado es algo que afecta sólo a su ámbito personal. Por ello, cuando ayer le preguntaron cómo conciliará su labor política con su embarazo, n o lo dudó y respondió tajante: "Pues como cualquier mujer, como miles de mujeres que todos los días tienen que conciliar su vida familiar y personal con su vida laboral. Yo estoy feliz, estoy contenta y evidentemente para mí es un motivo de alegría, pero lo voy a conciliar con total normalidad como hacen miles de mujeres todos los días cuando se levantan por las mañanas", insistió la presidenta. Además, ante las dudas de si su embarazo podría afectar al calendario electoral -como se ha llegado a apuntar-, subrayó que "en absoluto, evidentemente que no. Esto es una cuestión que afecta a mi familia y a mí. Y punto, y ya está. Lo vivo con alegría, estoy feliz y a partir de este momento lo viviré como una mujer más de las miles que están en la misma situación que yo".

Aun así, y aunque intentó darle la máxima normalidad a su nuevo estado, lo cierto es que ayer fue tema destacado en todos los medios de comunicación. Por eso, ante los miembros de la asociación de padres y madres del colegio que visitó en Jerez, momentos antes de escuchar sus demandas, reveló que "mi madre me ha llamado esta mañana y me ha dicho 'niña, que ya lo sabe todo el mundo, lo he oído en la radio'. Y es que ella no quería que se supiera todavía", relató con naturalidad a los miembros del Ampa,que insistían en inmortalizar el momento con sus móviles.

A los escolares, sin embargo, poco les interesaba saber qué pasaba con esa visita tan especial que recorría los pasillos de su colegio. Sí estaban emocionados por el revuelo de políticos, padres y periodistas, e intentaban ver en primera línea todo lo que ocurría. "No veo, no veo", decía una de las niñas mientras se colaba entre el espacio que dejaban dos fotógrafos. Mientras, otra compañera miraba a las múltiples cámaras de televisión y anunciaba a su amiga: "Cuando llegue a mi casa le diré a mi padre que ponga el Canal Sur". "Ha venido la directora y yo, que soy la presidenta, a ver cómo han quedado las obras del cole", les explicaba Díaz a los alumnos de otra clase tras proseguir su recorrido. "¿Os gusta cómo ha quedado?", añadía la directora, segundos antes de que los niños dijeran al unísono "sííííí". "Bueno, pues ahora a estudiar mucho", les aconsejaba Susana Díaz antes de abandonar las instalaciones.

Tranquila y visiblemente feliz recogió también el ramo de flores que les ofrecieron los alumnos. Uno de ellos, nervioso por la comitiva que acompañaba ayer a la presidenta, le deseó que su futuro hijo pueda disfrutar de la educación pública. Díaz sonreía, aún le queda tiempo para elegir colegio, sólo está embarazada de tres meses y por ello insistió en que vivirá su embarazo como "cualquier otra mujer trabajadora". Lo cierto, sin embargo, es que será la primera presidenta de un Gobierno autonómico que se convierta en madre durante su mandato.

Ayer en Jerez ya hizo sus primeras prácticas públicas como futura madre tratando con los escolares. Se desenvolvió bien. "De aquí a Madrid", comentaban satisfechos dos asistentes al acto cuando la presidenta dejaba el colegio. "Calla, calla, que hay muchos periodistas y después esto acaba en los papeles".