las dos orillas

José Joaquín León

Montoro contra Guerra

SEVILLA es uno de los focos de atracción en las elecciones generales del día 20. El PP asumió que Andalucía y Cataluña son las claves para la mayoría absoluta. La conseguirán si mejoran en estas comunidades. Y Sevilla es la provincia donde los populares tienen más capacidad de ganar votos. Aún así, según algunas encuestas publicadas, entre ellas la del CIS, Sevilla puede ser la única provincia andaluza donde ganaría el PSOE, a diferencia de las otras siete provincias, donde el PP sería el más votado (sólo con la duda de Jaén). Por eso, las cabezas de las candidaturas sevillanas son de vital importancia para ambos partidos.

El candidato del PSOE es el de siempre: Alfonso Guerra. Es sevillano de nacimiento y todo el mundo lo conoce, pero también es conocido que su rol dentro del socialismo actual se asemejaba al de otro jarrón chino de la dinastía del 82. Alfonso era un socialista histórico atrincherado en la Fundación Pablo Iglesias, como un verso suelto de Antonio Machado. Pero viendo lo de ayer en Dos Hermanas, parece que el tiempo retrocede. Alfonso ha vuelto, junto a Felipe, que va de figura. Y un tal Rubalcaba, que pasaba por allí, se hizo una foto entre los dos jarrones, ¡mira qué bonitos! Guerra es listo y ganó siempre en Sevilla. Incluso es probable que gane otra vez, a pesar de que tiene el huracán del cambio en contra.

Frente a eso, ¿qué podía hacer el PP? A los populares se les había retirado Soledad Becerril, que tenía el pedigrí de la legitimidad histórica de UCD. Poner como candidato a Cristóbal Montoro era arriesgarse a que dijeran lo de cunero, pero eso parece secundario. También Javier Arenas lo fue en Almería y le salió muy bien. Cunero socialista de toda la vida ha sido Manuel Chaves en Cádiz; y a fuerza de repetir, una vez y otra, se le conoce como candidato gaditano, lo único que tiene de allí.

Montoro no creo que sepa de memoria las nueve cofradías del Miércoles Santo, ni otros tampoco. Como Arenas en Almería, puede decir que es andaluz. Nació en Jaén. Y además es uno de los 10 vicepresidentes del PP andaluz, junto a los ocho alcaldes de las capitales de provincia y Celia Villalobos. Sin embargo, el principal aval de Montoro para la lista de Sevilla es su poder dentro del partido. Ha sido el hombre de confianza de Rajoy en los temas económicos. Para ser ministro de Economía, si ganaba las elecciones, fichó Rajoy a Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa. Pero este Pizarro, como casi todos los pizarros, era un hombre más de gobierno que de oposición. Y ahí le quitó el sitio de portavoz económico Montoro, que antes fue ministro de Hacienda con Aznar.

Dura pelea. Son dos candidatos muy trabajados. Si Guerra domina la guerrilla de la política, Montoro tampoco se queda atrás.

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