MARCHAR es avanzar hacia un punto de manera organizada para alcanzar un fin. Es un verbo que transmite movimiento y acción, justo lo contrario a la inmovilidad y la resignación. Es una palabra ligada a la historia del sindicalismo de clase, no sólo en su significado sino, sobre todo, en su puesta en práctica como instrumento de conquista de derechos y avances para los trabajadores.

Es un recurso que en CCOO de Andalucía llevamos utilizando desde nuestro nacimiento como sindicato de clase. Ahora volvemos a utilizarlo junto a la otra central sindical de esta comunidad porque la situación de Andalucía exige de nosotros una actuación contundente, visible y que reclame la atención de las administraciones y la sociedad andaluza en general, además de invitar a la ciudadanía unirse a esa respuesta colectiva.

De ahí que en la semana de movilizaciones europeas convocadas por la CES, CCOO y UGT hayamos optado por marchar desde tres puntos distintos de Andalucía durante cuatro días hasta Sevilla. Tres marchas que salen desde tres zonas especialmente castigadas por la crisis y las políticas de recortes y ajustes: Puerto Real, Córdoba y Antequera. Tres marchas que recogen las situaciones de emergencia extrema de cientos de pueblos y localidades de nuestra tierra, de cientos de miles de andaluces y andaluzas que ven cómo sus problemas son enmudecidos por los eslóganes y anuncios fantasmas de las administraciones. Esas voces, esa indignación, esas reivindicaciones, serán las que cada macha recoja para llevarlas hasta la capital andaluza y mostrarlas el próximo 13 de junio ante los máximos representantes del Gobierno central en nuestra comunidad y de la Junta de Andalucía.

Porque se tienen que enterar que Andalucía no puede seguir así, soportando el castigo sistemático e injusto del gobierno del PP, sus políticas de recortes en derechos e inversiones. Los andaluces también reclamamos a la Junta de Andalucía que sea exigente con el Gobierno de España, que demuestre coraje y valentía para corregir los topes del déficit de nuestra comunidad y demandar mayores posibilidades de ingresos, además de luchar por conseguir recursos para un Plan de Emergencia de Empleo, cuyas medidas den resultados inmediatos y resuelvan el principal problema que tenemos en nuestra tierra, el paro.

La ciudadanía andaluza no puede permanecer inmóvil con más de 1.400.000 personas en paro en nuestra comunidad, superando el 37% de tasa de desempleo, que alcanza la cifra escandalosa del 56% cuando hablamos de los jóvenes andaluces desempleados. Tampoco podemos quedarnos callados frente a los 700.000 andaluces parados que ya no cobran ningún tipo de prestación, muchos de ellos también desahuciados de sus viviendas. A eso hay que sumar los recortes en educación, sanidad, dependencia, protección social, servicios públicos y pensiones, cuyo objetivo es derribar nuestro modelo de Estado Social; las consecuencias terribles sobre el mercado de trabajo de la reforma laboral y la sumisión ante la negativa de las entidades financieras a abrir el grifo del crédito a pymes y familias; y la anunciada reforma de la administración local, que representa un ataque sin precedentes a la autonomía local y a la prestación de servicios públicos municipales, tan importantes como los servicios sociales.

Con estas políticas de ruina Andalucía se desangra. La clase trabajadora jamás se quedó impasible ante una sangría de este calado, ahora tampoco lo hará. Por eso nos ponemos en marcha para que nuestras voces se escuchen en los pueblos y ciudades de Andalucía, por eso marchamos para recoger las voces de miles de andaluces que quieren rebelarse. Por eso entre los días 10 y 13 de junio todos estamos llamados a unirnos a alguna de las tres marchas por el empleo; y a abarrotar las calles de Sevilla en la tarde del 13 de junio para exigir a las administraciones que el eje central de sus políticas debe ser el empleo, las personas y Andalucía. Porque ¡hay alternativas!