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Helena Arriaza

Cuéntame qué pasará

ESTAS líneas son un alegato a favor de que las series duren como mucho dos temporadas. La semana pasada en el FesTVal la dirección de TVE anunció que habrá una nueva etapa de Cuéntame cómo pasó. Será la número 17, ambientada en 1984, y tendrá 19 capítulos. Qué cansinos. A este paso veremos en unos años Cuéntame qué pasará, porque los Alcántara nos van a alcanzar en el tiempo. Es una ficción que a la cadena pública le ha dado muchas alegrías. De hecho en la actualidad ha mantenido unos datos de audiencia decentes compitiendo contra Gran Hermano VIP y en un momento en el que La 1 está bajo mínimos. Pero tanto la productora, Grupo Ganga, como la corporación deberían empezar a marcarse otros retos y poner fin de una vez a una serie que ni sus actores quieren que siga. Imanol Arias ha reconocido en numerosas ocasiones que espera que Cuéntame termine cuanto antes porque el producto ya no se parece al original y alargar una producción puede jugar en contra. Sino que se lo digan a Los Serrano, que acabó de la peor manera posible. Si Imanol piensa esto, ¿por qué no se va en vez de continuar metiéndose en la piel de Antonio Alcántara? Contradictorio. Y más sabiendo que si se larga nos haría un favor a todos porque haría más fácil la decisión de terminar la serie. Aunque a saber, porque para mantenerla en antena ya han hecho acciones de lo más rebuscadas como cambiar a los actores que interpretan a los personajes. Por no hablar de las tramas. ¿Qué más les va a pasar? Enfermedades, amores, infidelidades, problemas de juventud, de la tercera edad, relaciones entre familiares, conflictos políticos… A estas alturas lo único que me provoca curiosidad de Cuéntame es cómo terminará. Después de tantas temporadas decepcionar es fácil.

Y es que en España cuando algo es bien acogido por la audiencia se exprime a más no poder pero el secreto del éxito está en no pasar los límites. Repasando las series más largas de España mención especial merece Hospital Central. 20 temporadas y 12 años en antena. Las historias de médicos, pacientes y enfermeros ya no daban más de sí. En el saco también entran 7 vidas con 15, El Comisario con 12, Aída con 10 y Compañeros y Médico de Familia con 9. Y no olvidemos nuestro Arrayán, con 13 temporadas y 2.400 capítulos. Qué pereza. Si algo tienen en común es que se hicieron demasiado largas. La creatividad al final brillaba por su ausencia. De ahí este posicionamiento a favor de que las series sean cortas. Pese a enganchar a los televidentes, que cogen cariño a los personajes y esperan con ansia el día de la semana que se emite su serie preferida, no hay que quemarlas. Si estas interminables ficciones fueron capaces de conseguir tanto éxito quiere decir que en nuestro país se pueden hacer trabajos de calidad. Pues que se hagan más y duren menos. Acertada decisión la de El Príncipe, que llegará a su fin con su segunda temporada. Sin duda cuando termine se echará de menos a Faruq y a Morey, pero es mejor dejar con ganas de más y buen sabor de boca que provocar que se coja manía hasta a los que están de buen ver.

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