PARTIDOS amistosos, trofeos de verano y ahora la Liga. La temporada de fútbol ha comenzado. Qué horror. Es indignante el pastizal que se gastan las plataformas de televisión y los grupos de telecomunicaciones por hacerse con las emisiones de los partidos del deporte más visto en nuestro país. Si desembolsan tanto dinero es porque les sale rentable. Sino no tiene sentido que Movistar haya pagado 600 millones de euros por los derechos de la Liga BBVA y la Liga Adelante. O que Vodafone y Orange le hayan pagado a Movistar millones de euros por comprarle canales específicos de fútbol como Canal+ Partidazo y Canal+ Liga. Canales que Movistar+ se ha tenido que sacar de la manga para vendérselos a sus competidores porque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia no le permite el monopolio. Si no fuera rentable tampoco se entendería que Mediapro haya creado el canal beIN Sport para sustituir al desaparecido Gol TV y revenderlo.

Con los grandes datos de audiencia que consiguen las cadenas sobre todo con los encuentros que disputan los equipos más seguidos se puede entender la interminable lucha que tienen las plataformas y las generalistas por hacerse con los derechos de los partidos. De hecho las emisiones más vistas del mes de agosto en las generalistas corresponden a la Supercopa de España, el trofeo Santiago Bernabéu y el Audi Cup. Lo que no es lícito es lo que hace TVE, que gasta bastante dinero de los contribuyentes en emitir fútbol. Encima lo venden como que están haciendo un esfuerzo por llevar el fútbol a todos los españoles. Encima la semana pasada no llegó ni al 10% con la emisión del partido. Pero el mayor problema es que posiblemente sea el deporte más visto porque en la televisión se ignoran el resto de disciplinas y otros ámbitos como la cultura que deberían estar más cuidados en el medio de comunicación ante el que los españoles pasan más horas. A veces se pierde de vista que estos medios son - o mejor dicho deberían ser - una herramienta de educación para los espectadores y se centran en el todo vale por la audiencia. En las últimas semanas Carolina Marín se ha proclamado campeona del mundo de bádminton, Miguel Ángel López se ha hecho con la medalla de oro en el Mundial de Atletismo en la prueba 20 kilómetros marcha, a principios de año Javier Martínez fue campeón del mundo de patinaje artístico, Kilian Jornet y Laura Orgué se proclamaron campeones del mundo de vertical race, en julio Onna Carbonell consiguió la medalla de bronce en el Mundial de Natación Sincronizada. A estos méritos hay que añadir las victorias de españoles en deportes como el tenis, el Motociclismo, el baloncesto, el balonmano, el golf, el waterpolo... Una interminable lista de éxitos que en la televisión no aparecen y si lo hacen se quedan en una simple mención sin importancia. Malditos intereses que hacen que los medios echen balones fuera y solo se queden con el esférico del aburrido fútbol.